El primer mosto

J.A.J./Corral de Almaguer
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La Fiesta de la Vendimia, que alcanzó su 15 edición, sirvió de homenaje a todos los que han hecho posible el cultivo de la vid en Corral de Almaguer

Las reinas de las fiestas iniciaron el típico pisado de la uva. - Foto: Javier Pozo

«Doce grados». Un enólogo daba de viva voz ante centenares de personas reunidas en el Parque Municipal de Corral de Almaguer la primera referencia de la calidad que se espera de la uva que se recogerá en la vendimia que ahora comienza. Para su análisis, aprovechó el primer mosto de la campaña, pisado como antaño por las reinas y damas de honor de las fiestas patronales en honor al Cristo de la Agonía. Éste fue el acto culminante de la Fiesta de la Vendimia corraleña, que ayer lunes alcanzaba su 15 edición.

Esta población del Norte de La Mancha toledana es una de las que honran su pasado, presente y futuro en torno al vino con una celebración que cuenta con una masiva participación de los vecinos. El empaque de fiesta popular lo da no sólo el pisado sino el pasacalles previo de autoridades encabezado por la Banda Municipal de Música o la paellada popular que degustan todos los asistentes al término de un acto normalmente bendecido por el buen tiempo. Tampoco faltó la bendición religiosa a la futura cosecha del párroco corraleño, Jesús Serrano, que con humor justificó su presencia en un festejo vinícola como «encargado de la viña del Señor».

La Fiesta siempre ha sido organizada por el Ayuntamiento con la colaboración de las dos cooperativas locales, Nuestra Señora de La Paz y Nuestra Señora de La Muela, y la asociación municipal de agricultores Altovela. Así lo recordaba en su discurso la alcaldesa de Corral. Juliana Fernández de la Cueva glosó a «nuestros antepasados, a ese trabajo tan duro que hicieron años y años». La regidora recordó que a lo largo de estos años el sector del vino en Corral ha tenido que pasar por periódicas crisis que llegaron a «políticas que fomentaban el arranque de viñedos», aunque añadía con alivio que «eso se ha acabado».

«Tesón, sacrificio y esfuerzo».

Por ello, expresaba su deseo de que «el tesón, el sacrificio y el esfuerzo», valores que identificó como los de los agricultores corraleños, se vean recompensados con momentos de prosperidad en el ramo vinícola. Unos deseos que extendió al conjunto de la actividad económica con el progresivo final de la crisis.

Por su parte, la consejera de Agricultura expresó su gratitud por haber sido invitada en calidad de pregonera a unas «fiestas con  solera» dedicada a un producto básico para el campo regional como es el vino. Afirmó que «la calidad del vino de Castilla-La Mancha junto a su alta presencia en los mercados exteriores más exigentes nos sitúa en una posición privilegiada que debemos aprovechar para ganar cuota en los segmentos medio y alto y así permitir que un mayor margen de las ventas repercuta en los propios viticultores y bodegas de la región».

En su pregón, María Luisa Soriano destacó la presencia de Corral como «un pueblo en un mar de viñedos», y señaló la necesidad de celebraciones como ésta para agradecer tanto «la generosidad con que nos trata esta tierra» como «el trabajo de los que dedican su vida al vino».