Aurelia Sánchez y José Manuel Llario fueron los elegidos para presentar un foro -‘Construyendo el Bienestar desde el Buen Hacer’- organizado por una asociación que representa a casi 100 centros de Castilla La Mancha con 7.000 plazas existenciales -se ocupa de 10 servicios de estancias diurnas que incluyen 210 plazas, además de una vivienda de mayores con 18 plazas en la localidad de Torrijos- y más de 3.000 profesionales ayudados por un importante grupo de voluntarios.

Estas cifras, ofrecidas por el presidente de la Asociación de Castilla-La Mancha de Residencias y Servicios de Atención a los Mayores (Acescam), denotan la importancia de un sector con una «fotografía bastante buena» porque «las residencias están llenas y prácticamente el 100% de las plazas se ocupan».

Una realidad que posee una cara ‘b’ traducida en la «preocupación» nacida ante el hecho «de que hay mucha demanda» y de que «gran parte de los residentes son crónicos, lo que significa que estamos atendiendo a mucha gente, pero hay mucha que está en puertas».

En este punto, señaló José Manuel Llario, «tenemos que seguir soñando con crear más espacios en más sitios donde poder acoger a toda las personas que lo necesiten» en «todos los ámbitos socio-santarios y en toda la comunidad». No olvidó mencionar la tarea pendiente en «las zonas rurales con amplia demanda y, en ocasiones, escasa atención» por tratarse de centros nacidos «al amparo de parroquias, fundaciones o necesidades muy concretas de ayuntamientos».

Por su parte,  la consejera valoró el trabajo desarrollado por Acescam como «referente en la atención a personas mayores en Castilla-La Mancha», el modelo residencial de la comunidad autónoma «también es un referente» en España, ya que -según datos del Imserso- es la segunda región en «cantidad de plazas con financiación publica», algo que se complementa con «la calidad».

Así, Aurelia Sánchez recordó que en la región, la Red Residencial Pública de Mayores emplea en torno a 8.000 profesionales de forma directa en 6.700 en residencias, 700 en centros de día y 450 en viviendas de mayores. Además, el Ejecutivo financia en torno a «80 residencias de Acescam, en las que hay plazas con financiación pública», fundamentalmente residenciales, pero también en centros de día y plazas de estancia temporal.

 Sobre el «desafío importante» relativo al incremento de la demanda, la responsable regional abogó por «seguir apostando por la atención a los mayores teniendo en cuenta, además, el incremento de la esperanza de vida». Y puesto que también han variado las necesidades de los usuarios porque «si hace veinte años la mayoría de las personas que llegaba a una residencia eran válidas, ahora muchas están en situación de dependencia» consideró adecuado «adaptar los centros residenciales a estas nuevas necesidades desde un modelo en el que prima la calidad y la eficiencia».

Por ello, aseveró, «los profesionales tienen que ser más especializados» porque las necesidades son, fundamentalmente, «sociosanitarias», razón por el que «el nuevo modelo de atención a los mayores está centrado en sus necesidades y en la profesionalidad de todos los que trabajan en los centros». La consejera se mostró convencida de la importancia de «colaborar con entidades como Acescam o empresas» para conseguir un «modelo diversificado que pueda atender las demandas de todos los mayores».