Juan Sánchez deja la Rabach porque no siente «independencia»

C.M
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El que fuera director gerente de la Biblioteca regional presentó su cese como académico el pasado día 2o de noviembre

Juan Sánchez deja la Rabach porque no siente «independencia» - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

Ese día Juan Sánchez Sánchez leyó al pleno de la Real Academia los motivos por los que solicitaba su cese 26 años después de su ingreso como académico numerario en una institución a cuyos miembros agradece «su comprensión, trabajo y esfuerzo realizado por el bien de la cultura, el arte y la historia de la ciudad». Agradecimiento -desde «el respeto» y el «cariño» a los integrantes de un foro en el que «aprendí mucho»- que pronunció una vez explicara la causa de una dimisión propiciada, asegura, «porque no comparto el planteamiento de la dirección actual» al entender él la entidad como «un centro de libertad» que «siempre he sentido, pero que ahora no siento».

Por ello, y apreciando siempre «el deseo de realizar mis labores desde la libertad y la independencia», quiso Juan Sánchez aclarar que su decisión está relacionada con «una nueva línea de actuación que no comparto» porque, ante todo, «la Real Academia tiene que estar en los temas que interesan y ser un referente de opinión pública» alejada de cierto «clientelismo».

«clientelismo». Se refería Sánchez a su desacuerdo con un sistema de subvenciones públicas, especialmente de la Junta, «que utilizan a la Academia creando una especie de corsé para la libertad de expresión». Y puesto que fue elegido para desarrollar la labor de tesorero de la institución, no evitó mostrar sus «reservas» sobre un procedimiento, el regional, que «en lugar de conceder una subvención nominativa utiliza a la fundación Impulsa». Y es que, «subvencionar a la Academia es una obligación de las administraciones» y, por ello, no debería hacerse «en secreto» ni contemplarse «como un favor que «coarta nuestra libertad».

Ante esta realidad que asegura no haber sentido con las anteriores directivas, Juan Sánchez aludió a que no está entre sus «prioridades luchar por parcelas de poder», razón por la que ha preferido aportar su experiencia y conocimiento a los distintos ámbitos que le apasionan -la defensa de las bibliotecas y de otros ámbito de la cultura- desde iniciativas «más personales». Todo, asevera, «para no provocar debates que tal vez generen malestar como se ha evidenciado en las últimas sesiones». Encuentros en los que no se tomaron en consideración, entre otras, algunas de las mociones planteadas por quien ejerce su «libertad» de pleno derecho discrepando en proyectos como el desembarco del parque Puy du Fou o la llegada de la colección Polo.