Y Santa Teresa subió a las tablas del humor

P. Pérez
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Encuentros y desencuentros de la santa con sus hermanas y San Juan de la Cruz centraron esta obra, representada el viernes a la luz de la Catedral

La plaza del Ayuntamiento acogió el pasado viernes la representación teatral ‘El cantar de Santa Teresa y Medio Monje’, obra del madrileño afincado en Toledo Jorge Blanco Villena e interpretada por Pilar Romera, Merche Ramos y Juanjo de la Fuente.

Antes de la representación, y con los nervios propios del momento, Merche Ramos, Sor Benita en las tablas, se apresura a recordar que es «una obra disparatada, muy divertida donde hemos enfocado la parte más divertida de Santa Teresa siempre dentro del respeto, es una obra divertida y respetuosa».

Y es que, pese a la conmemoración teresiana que acoge Toledo este año, poco tiene que ver la paciencia de la santa con la de la monja, Sor Benita, que junto a Madre Teresa protagoniza esta mezcla de comedia con trasfondo de seriedad que hizo las delicias del público. Ambas religiosas, enfrascadas en el intento de que su convento, bajo la advocación de San José, no termine en ruinas, se afanan por desarrollar tareas de albañilería y carpintería porque, como apunta la actriz, «Santa Teresa no sólo fundaba sino que también reformaba», aunque en las tablas estos remozos no consigan el buen término deseado. La falta de dinero acosa a las protagonistas, que incluso se embarcan en el montaje de un mueble enviado por Maese Bartolomé, con instrucciones al estilo ‘sueco’ incluidas y explicadas con números romanos, que recordó a más de uno sus devaneos de bricolaje casero.

Aún así, Madre Teresa sigue su estela de santificación y paciencia animando a su hermana y mano derecha, que peca de desesperación hasta que, como caído del cielo, aparece en escena Fray Juan, en referencia a San Juan de la Cruz, un monje con ansias de cartujo que insiste en retirarse a meditar en soledad mientras, con escenas llenas de gracia, demuestra que es más bien flojo en los quehaceres que las monjas intentan encargarle.

Con escenas llenas de humor velado y salpicadas de actuaciones musicales, como la interpretación del poema más famoso de Santa Teresa con su ‘Vivo sin vivir en mí’, esta obra cosechó un importante éxito y el aplauso del público, que, quizás no santificado, pero sí que abandonó la plaza del Ayuntamiento con un dulce recuerdo de Madre Teresa. De hecho, los actores finalizaron animando a todos los presentes a cantar y bailar la «banda sonora» de la obra, levantando así al respetable de sus asientos.

Los encargados de poner sobre el escenario esta curiosa historia fueron los miembros de la compañía toledana ‘El Retablo en el Espejo Producciones’, herederos del extintoTeatro de los Trovadores, y con una trayectoria propia de más de tres años. El pasado mes de marzo tenían previsto escenificar esta obra en la misma ubicación, pero el mal tiempo y la lluvia hizo que se suspendiese, con el compromiso de la compañía de representarla en otro momento, encontrando su hueco en el programa ferial.