Con una navaja artesana de Albacete, flanqueada por alcalde, presidente de la Diputación, consejera de Industria y presidente de los artesanos, la presidenta regional, María Dolores Cospedal, inauguró ayer poco antes de las once y media de la mañana la XXXII edición de la Feria de Artesanía de Castilla-La Mancha, Farcama, que recibirá a sus visitantes en la Peraleda hasta el próximo domingo, 15 de octubre.

La presidenta regional, que visitó uno a uno cada uno de los stands de artesanos de la región, se mostró muy satisfecha por la puesta en marcha de esta feria, «la mejor de Europa», y por la labor que la artesanía está teniendo en la región, en su doble factor, cultural y económico.

Cospedal definió la artesanía, como actividad económica, como «un elemento integrador de nuestra sociedad, y también integrador de nuestra comunidad». Pero, a su juicio, «la artesanía no es sólo un oficio de gran precisión técnica, con la que recordamos nuestro pasado y sentimos nuestras raíces, tiene que ser un proyecto económico rentable y viable». «La artesanía tiene que ser también un proyecto de futuro, tenemos que verla también como un proyecto económico, que nos ayude a traer riqueza, empleo y turismo a nuestra región», afirmó.

De ahí que Cospedal agradeciera a los empresarios sector su esfuerzo por buscar día a día que la artesanía sea rentable, «y auténtica creadora de futuro, de empleo y de puestos de trabajo». Y recogió el guante de las peticiones del sector lanzadas por su presidente regional, Roberto Perea.

Una de las vías de actuación en las que va a incidir el Gobierno regional es en promocionar la artesanía por medio del Instituto de Promoción Exterior de Castilla-La Mancha, que se va a implicar para «trasladar más allá de las fronteras nuestros oficios artesanos y nuestros productos artesanos». Porque, a juicio de la presidenta regional, una de las fórmulas para salir de la crisis es ayudar a aquellos, como los artesanos, que crean empleo.