El acusado por la muerte de J. D. L. M., Luis Carlos B. G., que permanece en prisión provisional desde el 1 de febrero de 2017, se declaró ayer inocente ante el tribunal del jurado en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial. El hombre se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 25 años de prisión por un delito de asesinato, por unos hechos ocurridos el 27 de enero de 2017 en un domicilio ubicado en la urbanización de El Quiñón de Seseña.

El acusado, de 51 años y nacionalidad colombiana, defendió en el interrogatorio con el que se abrió el juicio su inocencia por la muerte de J. D. L. M., una mujer de 40 años y nacionalidad ecuatoriana, con la que el hombre mantenía una relación sentimental. El procesado sostiene que acudió al domicilio, pero que la mujer no le contestó y no le abrió la puerta, tal y como comentó a este diario el abogado de la defensa.

El escrito de la Fiscalía presentado ante el Juzgado de Instrucción 3 de Illescas sostiene que el acusado abandonó el domicilio familiar a las 19,05 horas del 27 de enero tras una discusión con J. D. L. M. y regresó al domicilio cuatro horas después, a las 23,38 horas. El hombre llamó al timbre de la puerta en varias ocasiones y escribió mensajes de’ whatsapp’ a la víctima para que le abriera la puerta de la vivienda. El ministerio público defiende que Luis Carlos B. G. propinó varios golpes contra el suelo a la mujer y le causó heridas en la nariz, la cara y la boca. Después, ejerció presión sobre el cuello hasta la asfixia.

Entre los testigos citados ayer, la defensa llamó a un hombre y una mujer amigos del acusado. La mujer afirmó que vio a Luis Carlos el día del asesinato y lo notó «normal». Así, indicó que el presunto autor estuvo 10 minutos charlando con ella y otro amigo en el restaurante de un hotel de Parla, y además la llevó a casa; sin embargo, no supo precisar la hora y ni siquiera el hotel donde se encontraron los tres. El otro testigo dijo que Luis Carlos lo recogió en Parla en un domicilio y lo llevó a San Sebastián de los Reyes, entre las 19 y las 21 horas. «Nos fuimos despacio», dijo por las dos horas transcurridas en hacer los 60 kilómetros que separan las dos localidades.

El acusado no tenía residencia legal en España y tenía pendiente un decreto de expulsión de la Delegación del Gobierno en Zaragoza del 10 de mayo de 2012 que prohibía la entrada durante cinco años en territorio español.

El juicio se retoma hoy a las 9 horas con la comparecencia de los agentes de la Policía Local y la Guardia Civil que se encargaron de este caso, así como los expertos que emitirán su juicio sobre las pruebas periciales.