La Asociación de Vecinos ‘La Verdad’ de San Antón ha detectado la presencia de nuevos obstáculos a la accesibilidad en Marqués de Mendigorría. Una nueva cadena junto a una inscripción de «privado» en el suelo viene a unirse a un sinfín de pivotes, escalones, contenedores de basura o vallas, en un espacio en el que la parte más ancha es en principio de propiedad privada, y la más estrecha, la municipal, es completamente intransitable.

Con la titularidad en los juzgados, por el momento la acera más cercana a los edificios de la izquierda, en sentido de entrada hacia el Casco, pertenece a los mismos. De igual forma ocurre con los aparcamientos allí establecidos, que se han cerrado al público en general. Entre barandillas, cadenas, pivotes y escalones, el espacio en prácticamente intransitable para una persona con discapacidad. Pero en peores condiciones está la parte municipal, de apenas un metro de anchura, en la que conviven señales de tráfico y de negocios privados, con pivotes y unos contenedores de recogida selectiva de basuras que impiden por completo el paso. Hay varios metros sin pavimento, y la zona no cuenta con una continuidad peatonal con pasos de cebras o bordillos rebajados.

Los problemas concluyen cuando comienza la acera adyacente al Palacio de Justicia. El objetivo de los vecinos sería que todo el espacio tuviera un tratamiento similar.

Cuestión legal. Sin embargo, el intento del Ayuntamiento de ganar estos terrenos en los tribunales de momento ha errado el tiro, lo que le ha obligado a continuar la lucha legal en instancias superiores. El presidente de ‘La Verdad’, Tomás Ruiz, espera que el Consistorio consiga dar con una solución, porque entiende que los vecinos no pueden estar utilizando todo el rato aceras privadas y, sobre todo, con tan poca accesibilidad. Una solución que puede venir bien por la vía legal, o bien de forma negociada, como parece que ahora está intentando el Ayuntamiento.

Ruiz entiende que el problema de Marqués de Mendigorría puede venir por un fallo del Consistorio a la hora de inscribir como suya la propiedad de estos terrenos. Explica que cuando se hicieron los dos edificios implicados, sus propietarios compraron todo el terreno, pero estaban obligados a realizar el pasaje de Mayoral y a ceder el acerado y aparcamiento, una vez urbanizados al Ayuntamiento. Pero a la postre no lo inscribió en el registro.