El aristócrata Íñigo de Arteaga, uno de los fallecidos del accidente

C.F.
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El Marqués de Távara pilotaba el monomotor siniestrado. Junto a él, fallecían el empresario Gonzalo Lapique y la joven África Lacalle

El accidente de avioneta que se producía en la tarde del domingo en el paraje de Cabrahigos, dentro del término municipal de San Pablo de los Montes (Toledo), finalmente se ha cobrado la vida de tres personas y no dos, como se creía en la noche del domingo, tras aparecer restos de un tercer ocupante otro varón pasadas las once y media de esa noche.

Los fallecidos son Íñigo Arteaga del Alcázar, Marqués de Tavera de 43 años de edad; el empresario y primo de Cari Lapique, Gonzalo Lapique Alonso, de 45 años de edad y la joven África Lacalle del Cuvillo, de 21 años.

Arteaga, hijo de Íñigo Arteaga y Martín, XIX duque del Infantado y marqués de Santillana, y Almudena del Alcázar, era un piloto experimentado y ese fatídico día pilotaba su propio monomotor de cuatro plazas hacia Madrid tras haber acudido a una boda en Sevilla durante el fin de semana, lugar donde posee un castillo, el de Monclova, en la localidad sevillana de Fuentes de Andalucía.Tendría pensado aterrizar en el aeródromo de Casarrubios.

Marqués de Távara además de conde de Saldaña y conde de Corres, pertenece a una de las familias aristocráticas más importantes de España con más de cinco siglos de historia y un patrimonio con propiedades en todo el país, siendo el encargado de gestionarlo. Entre este patrimonio se encuentran propiedades muy emblemáticas como el palacio del Infantado en Guadalajara, el palacio de Lazcano en Guipúzcoa, el castillo de Manzanares del Real en Madrid, el castillo de Calahorra en Granada o el castillo de la Monclova, en Sevilla, donde pasó el fin de semana antes del accidente.

Íñigo Arteaga es el segundo de cinco hermanos, Iván, Ana, Carla y la escritora Almudena de Arteaga (colaboradora de este grupo editorial).

Los restos de los tres fallecidos comenzaron a recuperarse en la noche del domingo, aunque la totalidad se producía desde primera hora de la mañana de ayer, dado lo complicado del terreno donde se estrelló el aparato.

Fue un vecino de la localidad quien dio la voz de alarma al servicio de emergencias 112, al ver cómo una avioneta volaba demasiado bajo y posteriormente, escuchar un estruendo, como de una explosión.

Hasta la zona el 112 movilizó a la Guardia Civil, bomberos del Consorcio de Toledo con base en la capital regional, así como una ambulancia de Menasalbas y otra de Navahermosa, el helicóptero medicalizado de Toledo, y medios de los aeródromos de Casarrubios del Monte, Lillo, Ocaña y Cuatro Vientos.

Los restos fueron rescatados en helicóptero para ser trasladado por un servicio funerario hasta la capital regional, cerca de las dos de la tarde de ayer.

La autopsia a los tres fallecidos se llevará a cabo durante esta mañana en el Instituto de Medicina Legal de Toledo.