Desde las once de la mañana de ayer la capital cuenta con un nuevo aparcamiento disuasorio en el barrio de Santa Bárbara. El alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, y los concejales Ana Saavedra y Gabriel González presumieron durante la inauguración del estacionamiento del Puente de Azarquiel de un proyecto «muy requerido» por los vecinos y que todavía tiene que completarse con la remodelación del antiguo Paseo de la Rosa. Dicha obra se iniciará después de Semana Santa con el objetivo de que sea peatonal para que paseantes toledanos y turistas que suben al Casco andando puedan disfrutar de «toda la historia» que encierra este espacio, como destacó Saavedra, quien además apuntó que el aparcamiento -de más de 540 plazas- será gratuito si bien podría suponer algún coste en el futuro «dependiendo de la situación económica». Es más, Page apuntó que el Ayuntamiento no tiene prisa por cobrar en los estacionamientos disuasorios y que de hacerlo sería un euro al día a los no residentes en Toledo.

Por su parte, el concejal de Gestión de los Servicios, Gabriel  González, manifestó que el parking iluminado, asfaltado y que cumple la normativa reservando plazas para personas con discapacidad es «estratégico» de cara a  esta Semana Santa. No olvidó su cercanía al nuevo remonte mecánico, una infraestructura en la que «tienen mucho que ver otras administraciones», a las que pidió su colaboración para que los trabajos se desarrollen con «celeridad».

Así, apuntó que este nuevo aparcamiento es una muestra de que el Gobierno municipal sigue actuando «a pesar de las críticas que nos llueven todos los días».

- Foto: David Pérez La obra completa ha supuesto un presupuesto de 530.000 euros  mientras que seis millones es el montante global del remonte de Safont, financiado por la Junta.

Igualmente contento se mostró el alcalde en su visita a este «centro logístico» de transporte de viajeros y «nueva puerta de acceso» a la capital que aliviará la presión de movilidad del Casco.