Peraleda al final del túnel

ADM
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El recinto ferial acoge este fin de semana la feria Toledotren 2012. Se trata de un destino de referencia para los aficionados al modelismo ferroviario. Hoy a las 14,00 horas cerrará sus puertas

Peraleda al final del túnel - Foto: Cristina Gómez

El recinto ferial de la Peraleda acoge durante este fin de semana la segunda edición de Toledotren, un auténtico paraíso para los aficionados al modelismo del ferrocarril que, gracias al esfuerzo de un centenar de asociaciones, aspira a congregar a más de 10.000 personas entre sábado y domingo. Maquetas de ciudades e infraestructuras, locomotoras y vagones a diferentes escalas, desde los viejos trenes eléctricos de hace varias décadas hasta modernas equipaciones accionadas por ordenador, están haciendo coincidir en el recinto ferial a profesionales y amateurs del tren, desde niños que ponen en marcha por primera vez una locomotora hasta viejos ferroviarios que llegaron a sentarse a los mandos de una auténtica máquina de vapor.

«Puede parecer una afición minoritaria», explica Esteban Santurde, vinculado a Renfe durante más de treinta años, «pero si sumásemos todas las personas que hay en España relacionadas con el mundo de los trenes y las congregásemos a toque de silbato, contando esposas, hijos y nietos, acudirían más de un millón de personas». Este profesor de maquinistas, que hace años aprovechaba su afición al modelismo para reforzar las explicaciones ante sus alumnos, es consciente de que la recreación de trenes va más allá de una simple afición. «Tanto los fabricantes como los coleccionistas son conscientes, desde hace muchísimos años -los primeros trenes eléctricos surgieron a finales del siglo XIX-, de que sirven para unir a padres e hijos». Así ha sucedido en su familia y en la de la mayoría de quienes están visitando esta feria, que no cerrará sus puertas hasta las 14,00 horas de hoy. «Quien hereda uno de estos trenes, aunque no funcione, no se suele desprender de él: Hay muchos componentes emocionales y el caso es que ahora, gracias a las nuevas tecnologías, es fácil contactar con especialistas capaces de ponerlo en marcha».

Santurde, fundador de la Asociación de Modelismo del Tren de Madrid y miembro de otras agrupaciones de corte similar, explica que en este tipo de encuentros es posible encontrar mucho más que vagones, raíles, controles eléctricos y maquetas de ferrocarril, por mucho que todo eso abunde. «Hay coleccionistas de todo tipo de elementos relacionados con el tren, como relojes de estación, y aficionados que se disfrazan de jefes y de maquinistas de otra época, como los recreacionistas de batallas para recuperar los hechos militares históricos. Hay personas que conservan fotos o grabaciones antiguas de trenes, y aficionados especializados en elementos como máquinas de vapor, por ejemplo. Un mundo».

- Foto: Cristina Gómez Toledotren 2012 ofrece la posibilidad de encontrar todo esto en acción. «Lo más difícil en estas ferias es encontrar los trenes funcionando, porque por pequeños que sean, si se quieren mostrar en ciertas condiciones, requieren de varios metros de vías». Eso es posible en el caso de escalas pequeñas, como la N (1:160), excelentemente representada en el encuentro a través del Club N España, formado por una quincena de asociaciones. «Personalmente, me gustan los formatos más grandes», reconoce Santurde, como los trenes a escala G, los denominados ‘trenes de jardín’ (escala G por la inicial del inglés garden), que podrían haber estado mejor representados».

Además de coleccionistas y aficionados, los grandes protagonistas de Toledotren 2012 son los niños, para quienes hay diseñados talleres infantiles. Sin embargo, los mayores también tienen aquí su sitio, como quienes alguna vez se subieron a un tren en Algodor, o los estudiosos del ferrocarril de Almorox, con las ‘playas’ del Alberche como atracción de tiempos lejanos. «Yo recomendaría a todo el mundo, incluso a quienes no tienen referentes familiares o no se han sentido atraídos nunca por el mundo de los trenes, que consulten las páginas web de las asociaciones, incluida la de Toledo». En sus contenidos hay algo que, efectivamente, va más allá de una afición y hunde sus raíces en el terreno de la memoria. «Son cosas que están todavía en el recuerdo de personas que aún están con nosotros».