El delegado de ONCE cae en un agujero de una obra sin vallar

J. Monroy
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Hernández se muestra especialmente ofendido ante el intento de los operarios de poner las vallas tras su caída, antes incluso de preocuparse por su estado de salud

El delegado de ONCE cae en un agujero de una obra sin vallar

En pleno siglo XXI y en una capital como Toledo, continúan los problemas de accesibilidad o protección perimetral en las obras públicas, en este caso, de carácter municipal. Pero lo que más enfada al delegado de la ONCE en Castilla-La Mancha, Carlos Javier Hernández, es el intento de los encargados de la obra de disimularlo todo, después de que él mismo cayera en un agujero de la obra. El triste incidente se produjo, casualidades de la vida, el pasado lunes, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, día en el que, denuncia a través de las redes sociales, «he dado con mi humanidad en el fondo de una zanja». Todo ello le ha dejado un fuerte dolor de cadera que, por suerte, va disminuyendo con los días, tras una muy mala noche.

Fue, nada menos, que en la calle Reino Unido, donde ONCE cuenta con su Delegación Territorial. Desde hace años, los vecinos de Buenavista llevan reivindicando una mejora en la iluminación, precisamente para evitar accidentes. Se da la circunstancia de que las viejas farolas, por un lado, iluminan a la calzada y no a las aceras, y además están situadas entre árboles de gran altura que tapan la luz. Después de muchas quejas, el Ayuntamiento ha accedido por fin a hacer la actuación, que no sólo renovará las farolas, sino que las pondrá en los lugares más adecuados. En total, serán 25 báculos dobles de luz. La actuación se ha adjudicado a Ferroser Infraestructuras por un montante total, IVA incluido, de 77.365 euros. El proyecto municipal recoge que «todas las obras realizadas en el acerado serán reglamentariamente señalizadas con vallas para advertir a los peatones de su existencia y evitar caídas de los mismos. Se asignará un pasillo entre vallados para los peatones, libre de toda anomalía en el pavimento, cuando la condición de la obra en acerados así lo requiera».

Fue en ese marco y en un lugar, recuerda Hernández, que es «frecuentado por personas ciegas, como este que escribe, que utilizamos habitualmente un bastón como herramienta de movilidad», donde se produjo el accidente. Después de los actos del Día de las Personas con Discapacidad, Hernández quiso llegar antes a casa, y es marchó solo a buscar el autobús. Afortunadamente, detectó algo de arenilla con el bastón, por lo que frenó su paso. Porque en ausencia de vallas perimetrales, terminó cayendo en pie en el agujero. «Pero les voy a ser sincero, lo que más me ha molestado o dolido, no ha sido el golpe, sino las prisas que se han dado unos operarios en ponerse a mover vallas, mientras yo estaba allí, sacudiéndome los pantalones y el abrigo», apunta Hernández, que denuncia que estos operarios «se pusieron a proteger el agujero antes de ocuparse de si me había pasado algo o precisaba cualquier cosa». Afortunadamente, pudo sacar la cámara del móvil para tornar imágenes del lugar, que ha compartido en las redes sociales y aportar a la Policía Local, para demostrar la ausencia de vallas. Aun siendo ciego, calculó dónde estaba el agujero y disparó cuando se percató de que los operarios, antes de interesarse por su salud, comenzaron la colocación de vallas. Porque, denuncia el delegado de Once, «diez minutos más tarde, cuando acudió la Policía Local a mi llamada, intentaban hacer creer que las vallas estaban puestas, que el bastón había pasado por debajo y que me había escurrido. ¡Lamentable e impresentable a todas luces!». Incluso delante de él mismo, los trabajadores afirmaron ante la Policía que sí que había vallas.

Denuncia. Hernández ha presentado denuncia ante la Policía Local, va a hacer un escrito de queja al Ayuntamiento para que emprenda las acciones que deba contra la empresa y ya ha buscado ayuda para poner la correspondiente queja en el Buzón del Ciudadano, «pues como otra cosa más de la involución social, éste dejó de ser accesible para las personas con discapacidad visual grave a raíz de la remodelación de la web municipal». Porque este, desgraciadamente, no es un caso aislado, ni en Toledo, ni en el resto de España. Pero el delegado de ONCE reclama que «las personas con discapacidad visual grave tenemos el derecho de desplazarnos de manera autónoma e independiente, de forma segura por las calles. Y lo subrayó en una semana Constitucional como ésta». Espera que el Ayuntamiento obligue a las empresas a que cumplan y ponga los medios para que así sea. Porque, continúa, aunque parezca una anécdota, «es una realidad con la que tropezamos los ciegos en nuestros desplazamientos y que contribuye a que muchas personas se acobarden a la hora de moverse de manera autónoma».