La EMV recomienda una ordenanza de alojamientos turísticos

J. Monroy
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Incide en la necesidad de revitalizar el Casco histórico y de facilitar el acceso a la vivienda, vigilando en esa labor las ayudas públicas destinadas a la rehabilitación

El informe elaborado por la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) sobre los apartamentos turísticos en la ciudad de Toledo recomienda al Ayuntamiento que apruebe una normativa urbanística específica sobre alojamiento turístico para la ciudad, que contenga un tratamiento particular para el Casco. También propone que haga un seguimiento a la evolución del mercado y que persiga la oferta clandestina. Sugiere un control fiscal de la actividad y que se obligue a cumplir las normas del régimen interior de las comunidades de propietarios. Además hace hincapié en la necesidad de facilitar el acceso a la vivienda y que se vigile las ayudas públicas destinadas a la rehabilitación y reforma.

Apunta el informe que las consecuencias de los alojamientos turísticos son de todo tipo. Por un lado, ha permitido una revitalización del mercado de alquiler, compraventa, mantenimiento y rehabilitación de la vivienda. Sin embargo, en ocasiones está afectando al sector hotelero y comienza a alterar la fisonomía de las ciudades con mayor atractivo turístico a través de un doble fenómeno: gentrificación (problema de acceso a la vivienda por el desplazamiento de la población residente sobre determinados barrios en las ciudades) y turistificación (problema de presión turística sobre zonas que pierden población y servicios básicos a favor de la población turista). En ambos casos, la convivencia entre población turística y población residencial resulta afectada.

Para evitar estas distorsiones, la EMV propone que el Ayuntamiento apruebe una normativa urbanística específica sobre alojamiento turístico para Toledo, que contenga un tratamiento particular para el Casco. Las competencias urbanísticas municipales, apunta, permiten la aprobación de instrumentos específicos de ordenación del territorio para la consecución de objetivos específicos del planeamiento. Estos instrumentos pueden incluso prohibir determinados usos en el suelo urbano destinado a vivienda residencial, si así se prevé. La EMV pone como ejemplo a Barcelona, que para sortear dificultades legales, ha optado por un Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos, instrumento para ordenar y controlar la implantación de alojamientos turísticos en la ciudad y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos. El Plan divide la ciudad en cuatro zonas específicas con regulación propia y cada una de éstas se caracteriza por la distribución de los alojamientos en su territorio, la proporción entre el número de plazas que ofrecen y la población residente actual, la relación y las condiciones en que se dan determinados usos, la incidencia de las actividades en el espacio público y la presencia de puntos de interés turístico. Esta estrategia de zonificación también se ha impuesto en otras ciudades, como San Sebastián o Madrid.

En Toledo, el Ayuntamiento ya ha introducido dentro de la Modificación Puntual 8 del Plan Especial del Casco Histórico que «los apartamentos turísticos o vacacionales deberán cumplir con todas las determinaciones establecidas en estas ordenanzas para el uso residencial, en especial las relativas a densidad y habitabilidad, para este uso. Se podrán ubicar siempre que cuenten con autorización de la Comunidad de Propietarios, o en edificio completo». Además, el Decreto 36/2018, con el que la Junta regula los apartamentos y viviendas de uso turístico en Castilla-La Mancha permite un desarrollo normativo local.

 

Rehabilitar el Casco y conservar los vecinos. El informe de la EMV recomienda también al Ayuntamiento una vigilancia y control de la oferta turística, y que en especial, persiga la oferta clandestina. De nuevo aquí pone el ejemplo de Barcelona. Y apunta la necesidad de un control fiscal de la actividad. Además de la persecución administrativa de la oferta de alojamientos turísticos, se están planteando varias opciones de ámbito fiscal, como una tasa turística específicamente destinada a las viviendas y apartamentos turísticos. De acuerdo con varias propuestas, se intenta que esta tasa se convierta en una exacción equivalente a la soportada por el resto de operadores turísticos.

Pero también incide la EMV en la necesidad de revitalizar el Casco histórico y de facilitar el acceso a la vivienda, vigilando en esa labor las ayudas públicas destinadas a la rehabilitación. Teniendo en cuenta que hay en el mercado doscientos alojamientos turísticos más en el Casco que viviendas en alquiler, propone que se aborden medidas que incidan sobre este mercado de alquiler.

Para la EMV, una medida adecuada para controlar la oferta de viviendas y apartamentos turísticos es el control riguroso de las ayudas públicas destinadas a la rehabilitación de vivienda. En el caso de Toledo, se trata de las ayudas de la Consejería de Fomento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha derivadas del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 y el Programa de Ayudas del Consorcio para la rehabilitación de viviendas.

Todas estas medidas, concluye la EMV, no serán efectivas si no hay un desarrollo integral de las zonas que sufren mayor cargar turística. El problema es que en Toledo desciende la población en todos los barrios, salvo en el Polígono, algo que viene produciéndose en el Casco desde hace décadas. El estudio recomienda una revisión del Plan Especial del Casco para adaptarlo a la actualidad y atender a las necesidades de la población residencial, para quitar el riesgo de ‘museificación’ del barrio.