Un envío a 'Construcciones Atocha' de un paquete de mediano tamaño. Un encargo simple, sin más transcendencia, si no fuera porque la mercancía envuelta en papel de estraza, destinada al empresario Jesús Gallego, escondía tres kilos de amonal, un artefacto preparado para explotar en caso de manipulación, y procedía de un negocio logístico de Toledo ubicado en el Paseo de la Rosa, número 5. La delegación de Servitrans recibió el paquete el 11 de junio de 1991 y lo intentó entregar sin éxito al día siguiente en la calle Ortega y Gasset, en Madrid, porque la empresa había cambiado de sede y el maldito bulto de tres o cuatro kilos que remitía el 'comando Ekaitz' de ETA se quedó en las oficinas de Servitrans de Madrid para comprobar otra vez los datos y decidir qué hacer con aquel paquete en el que se leía 'Prom L.E. y Zaran' y tenía anotada la frase 'Recogerá Miguel Moreno Martínez'. Nadie podía imaginar que aquel envío explotaría en manos de dos agentes de los tedax de la Policía Nacional