No son buenos tiempos para las galerías. Sin embargo, salas como AR+51 continúan manteniendo vivo el pulso de las exposiciones en la ciudad. El espacio de la Calle Venancio González acoge hasta el próximo 26 de marzo una muestra, ‘La magia del color’, que devuelve a Toledo a un pintor, Eugenio Fernández, que no se prodigaba por este entorno desde hacía ya algunos años.

Fernández, un ‘pintor artístico’ que aspira a llegar con sus creaciones «no solamente a la vista, sino al sentimiento» -‘Sentimiento’ fue precisamente el título de una de sus últimas exposiciones, celebrada a finales de 2010 en la localidad cacereña de Plasencia-, ofrece al espectador una rica variedad de temas, que abarcan desde el bodegón hasta el paisaje rural, pasando por el desnudo y un género que hunde sus raíces en la tradición española y que pocos artistas desarrollan en la actualidad: la pintura de caballos.

Fernández, desde su estudio de la localidad de Escalona y hasta finales de este mes desde la cima del Miradero toledano, procura desde sus obras «hacer recordar la belleza de lo cotidiano que tenemos en nuestro entorno, lo que normalmente nos pasa inadvertido, como frutas, vasijas, paisajes de campo, paisajes de mar, y algunas figuras». Sólido en el dibujo (en su página web, www.eugeniofernandezpintor.com, puede apreciarse su talento para la plumilla, un género en el que este artista parece no obstante apostar por motivos menos realistas), este veterano artista posee también un notable talento para expresar la intimidad de la figura humana, tanto en sus desnudos como en otras representaciones. Eugenio Fernández ha expuesto a lo largo y ancho de la geografía española, y en países como Malta, Estados Unidos (Chicago), Portugal y Bélgica. Su obra, en este sentido, se encuentra repartida no solamente por una gran cantidad de colecciones españolas y algunos museos, sino que también poseen pinturas de Fernández pinacotecas privadas de países como Alemania, Italia y Francia, entre otros.