Fiesta grande en el islam toledano

J. Monroy | TOLEDO
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Las dos mezquitas toledanas celebran con grandes desayunos una fiesta que marca el fin del ayuno y en el que llegan las visitas a la familia, los regalos y la reconciliación

Fiesta grande en el islam toledano - Foto: David Pérez

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La fiesta del fin del Ramadán o Eid al-Fitr es un importante evento en la religión islámica, que marca el final del mes del ayuno. Es el día en el que todos comparten dulces en la mesa, estrenan nueva ropa y entregan regalos, sobre todo a los más pequeños. Es una ocasión de alegría, para visitar durante todo el día a los familiares, llamar a los que están lejos, y también, destaca Mohamed Bouzarad, secretario del Centro Islámico La Paz de Toledo, para buscar la reconciliación con las personas con las que se ha estado enemistado.

- Foto: David Pérez Los ciclos de la Luna marcaron la fecha, el día de ayer, para el fin del Ramadán. La celebración comenzó por la mañana temprano. Las dos mezquitas toledanas, La Paz y Tauba, ambas ubicadas en el Polígono, realizaron diferentes oraciones y celebraron un gran desayuno que marcaba el fin del ayuno del mes más importante para el mundo musulmán.

Los musulmanes celebran esta fiesta estrenando ropa nueva. Los hombres usan vestimenta blanca, como símbolo pureza.  Ambos templos llevaron la celebración a su manera. En La Paz, el desayuno se desarrolló dentro de la propia mezquita. Descalzos y sentados en el suelo, los fieles pudieron compartir los dulces, café y té. En Tauba, que es una comunidad mayor, la comida se desarrolló en la calle. Cada uno llevó sus dulces propios y la plaza de Antonio Machado se convirtió en una gran fiesta, a la que acudieron también diversos representantes del mundo vecinal de la ciudad. Por parte del Ayuntamiento, estuvo presente la concejal de Servicios Sociales, Ana Saavedra. El Movimiento por la Paz organizó allí varios talleres con los que buscaba que los niños de diversas religiones se acercaran y se conocieran.

Ramadán sufrido. Aunque este año las temperaturas han sido más suaves, no por eso el Ramadán ha dejado de ser duro. Ha sido un mes lunar en el que los adultos sanos no han podido comer, beber o mantener relaciones sexuales durante el día. Durante los primeros quince días, explicó Abdelelah Ghailane el Hassani, presidente de Tauba, el tiempo fue más benévolo. Luego llegó el calor. «Pero uno se acostumbra a lo que sea», explicaba ayer, ya aliviado. Bouzarad se acordó sobre todo de los que han estado trabajando al sol, pero les consoló al afirmar que «no hay que olvidar que en cuanto más duro es, más te compensa Dios». También apuntó que en esta ocasión han sido muchos menos los creyentes que han podido irse a sus países de origen a pasar este mes, dado que son muchos los que se han quedado en el paro, y no han podido moverse.

Más de doscientas personas se acercaron hasta Tauba donde la primera hora de la mañana fue muy agradable. Ghailane el Hassani agradecía sobre todo a las mujeres el haber sido la artesanas que habían hecho posible la fiesta del fin del Ramadán a través de unas magníficas pastas, siguiendo las costumbres de su país de procedencia o según sus propias creaciones.