El Ayuntamiento de Toledo comenzó ayer las obras de arreglo de la calle de la Paz y la Cuesta de Capuchinos y el PP municipal denuncia que es el sexto «parcheo» desde la remodelación del pavimento hace cinco años. El concejal Diego Vivas no entiende lo que ocurre y reclama que salga a dar explicaciones el responsable «de chapuzas y servicios» del equipo de Gobierno o, en su defecto, el propio alcalde
Vivas recuerda que la antigua calle Alféreces Provisionales fue remozada por 787.000 euros con cargo al ‘Plan E’ del Gobierno socialista en el año 2009 a pesar de que, por convenio con el Museo del Alcázar, tendría que haberlo pagado el Ministerio de Defensa. «Pero sonaba como candidata Carme Chacón y Emiliano García-Page se lo perdonó en su tradicional búsqueda de algún carguito».
Vistos los resultados, el concejal del PP lamenta la hora en la que el Ayuntamiento suplantó a la Administración militar porque está convencido de que con mayor control de la obra no se estarían reproduciendo los problemas del pavimento que se hunde cada año.
Según sus cuentas, el mismo año 2009, antes de inaugurar la calle, ya hubo que ejecutar reparaciones «en dos ocasiones». Cuando ya se pudo cortar la cinta, García-Page afirmó que «este es el modelo correcto de renovación urbana» pero Vivas considera que los hechos desmienten al regidor porque los continuos desperfectos son un «dolor de cabeza, un despropósito y una pesadilla».
«Ocho meses más tarde» se produce el tercer reacondicionamiento, en 2011 el cuarto y en 2013, ya bajo el nombre de calle de la Paz, el quinto con el agravante de que ha terminado el periodo de garantía y los 49.000 euros tienen que ser abonados por el Ayuntamiento.
Así que la obra que empezó ayer sería la sexta y el PP municipal no encuentra ninguna justificación para que cada año haya que molestar a los toledanos y a los turistas cerrando una vía importante sobre todo por los efectos que provoca en los autobuses urbanos que se ven obligados a cargar y descargar en Gerardo Lobo.
Y aquí viene la segunda queja de Vivas. Dice que la calle del Miradero no está preparada para el tránsito de grandes vehículos y el trasiego de viajeros, en especial quienes tengan problemas de movilidad. De hecho afirma que ayer se produjeron «caídas de usuarios» porque la calle no reúne condiciones de accesibilidad.
Bajo su punto de vista el orden «lógico» de ejecutar las obras tendría que haber sido inverso: primero Gerardo Lobo y después el entorno del Alcázar.
En resumen, Vivas quiere que el alcalde, el concejal de Servicios y la de Accesibilidad den explicaciones pero también reclama que alguien asuma «responsabilidades» por los continuos gastos y molestias que provocan las obras mal ejecutadas.