La bibliotecaria de Cebolla presumía el 7 de agosto de que acababan de ser incorporados a los anaqueles del servicio público libros de reciente publicación para lectores de cualquier edad. «Ya puedes hacer la reserva en la Biblioteca», decía ese mensaje entusiasmado que incitaba a pasar el resto del verano con el sabor de las páginas. Sin embargo, justo un mes después, la ilusión se diluyó con la riada que ha desbaratado todo orden en este municipio de la comarca de Torrijos.

El desbordamiento del arroyo Sangüesa destrozó cientos de ejemplares. «Gracias a todos los que ayer -por el día 9- estuvieron ayudando a limpiar el desastre que ocasionó la riada en la Biblioteca de Cebolla. No tengo palabras para expresar lo que se siente al ver tantos libros destrozados. Gracias, de verdad, porque sin vosotros no hubiéramos salvado lo que aún quedaba», publicaba María José para insuflar aliento a los inicios de un volver a empezar que se presume pesado y lento.

O quizás no tanto por la buena voluntad demostrada por los responsables de otras bibliotecas, que reaccionaron inmediatamente con mensajes mezclados de horror y fuerzas para levantar de nuevo un servicio público que facilitaba presentaciones de libros y organizaba clubes de lectura. De pueblos cercanos como Urda, Illescas y Mazarambroz, por ejemplo, llegaron ánimos para continuar con la limpieza. Y de bibliotecas españolas más alejadas como la de Peralta de Alcofea (Huesca) o Castellote (Teruel). La reacción incluyó el ofrecimiento de ejemplares de dos bibliotecas de la provincia de Guadalajara.

El Ayuntamiento de Cebolla promovió ayer mediante un mensaje en la red social Facebook una campaña de donación de libros en la Casa de la Cultura entre las 8 de la mañana y las dos de la tarde, en las bibliotecas pertenecientes a la Red de Bibliotecas de Castilla-La Mancha o en la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, en la avenida Río Bullaque de Toledo.