Condenan al Sescam por errar en el diagnostico de un cáncer

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El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Ciudad Real ha dictado sentencia, tramitada por El Defensor del Paciente, mediante la que se condena condena al Sescam al pago de una indemnización de 112.734 euros

La indemnización es por el daño ocasionado a la familia de un paciente fallecido por la actuación del Hospital la Mancha Centro (Alcázar de San Juan) por el retraso en el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata que presentaba y ya es firme.

A.L.M.D., de 67 años edad, fue atendido en el Centro de Salud de Campo de Criptana debido a una analítica rutinaria, se le constató elevado el límite de PSA con posterior revisión a los seis meses. Al respecto, se le diagnosticó hiperplasia benigna de próstata, desconociendo el criterio por el que se deduce tal diagnóstico puesto que no se realizó ninguna prueba ni fue remitido al Servicio de Urología hasta 9 meses después.

Durante los años 2011 y 2012 el paciente acudió en 25 ocasiones a los servicios de Urgencias y ya desde mitad del año 2012 fue atendido por el servicio de urología del Hospital La Mancha Centro, donde tampoco se dio importancia a los hallazgos analíticos, ni se solicitó una simple biopsia transrectal, concatenación de errores y omisiones que dilataron el diagnóstico hasta septiembre de 2013 cuando, desesperado, acudió a la Fundación Jiménez Díaz (Madrid) donde le diagnosticaron cáncer de próstata en fase terminal, indicaron desde la asociación Defensor del Paciente.

Se reconoce en la sentencia que hubo “un error y retraso injustificable en el diagnóstico del cáncer de próstata” que presentaba el paciente y así reconoce que, de los diferentes informes que constan que, el nivel en sí mismo no es determinante ni acreditativo de cáncer, pero aporta un indicio que exigía la biopsia y la derivación para su investigación.  Asimismo, y siguiendo lo manifestado por el abogado Francisco Javier Fernández-Bravo García, apoyándose en sus peritos médicos, de haberse apreciado los valores analíticos en alguna de las tres analíticas que mostraban los valores de PSA elevado y haber remitido al paciente a un especialista para que llevase a cabo un seguimiento y tratamiento específico en el momento oportuno “hubiera evitado el fallecimiento del paciente”, hecho que hace evidente la impericia cometida en el presente caso.

La sentencia fija reconoce la infracción de la lex artis por ignorar los niveles de PSA existentes, remarcando que la propia administración asume que hubo error de diagnóstico, actuaciones y tratamiento, asumiendo igualmente que no se le derivó cuando se le debió derivar, siendo unánime la opinión de todos los peritos que han declarado a señalar en un 56 % las posibilidades de que se estuviera desarrollando desde el año 2011 el cáncer que finalmente fue incurable y determinó el fallecimiento.