Gema Alonso 'destapa' las carencias tecnológicas de los museos regionales

latribunadetoledo.es
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Esta conocedora de la gestión museística y patrimonial evidenció que ninguno de los cinco museos gestionados por la Junta de Comunidades cuenta con una aplicación para móviles

Partiendo del convencimiento de que «la tecnología ayuda a la comunicación» y sabedora de que Toledo no se puede permitir el lujo de perder «este tren» porque la demanda es evidente, Gema Alonso señaló algunos de los trabajos iniciados en este sentido pero también fue clara a la hora de apreciar las carencias existentes en los ‘Recursos tecnológicos y TIC´S aplicadas al turismo cultural’.

Con un título que casi todo lo dice, esta licenciada en Humanidades vinculada al mundo  de  los  archivos  y museos, ofreció una ponencia -dentro del ciclo ‘CSI, arqueología e investigación en la escena del crimen’ organizado por el Museo Sefardí- en la que marcó los aspectos a mejorar en una ciudad y una región que «está llegando tarde» a una tecnología que, en estos tiempos, es imprescindible y necesaria en el ámbito de la cultura y el patrimonio.

Sobre todo cuando la primera aplicación se realizó en el Museo Picasso allá por 2009 y acabamos de inaugurar el 2014. Y es que el tiempo pasa y en lo que a tecnología y acceso a la información se refiere, tanto la ciudad como la región viajan con apreciable retraso. Algo que, en Toledo, debería ser un pecado capital.

Así, y apreciando que en esta Comunidad ninguno de los cinco museos en manos de la Junta cuenta con aplicaciones de móvil -destinadas al acceso a la información-, Alonso señaló que «aunque se están haciendo cosas» lo cierto es que los resultados no siempre cuidan «ni las formas ni los contenidos».

En este sentido, consideró que en las aplicaciones «lo importante no es tanto el continente como los contenidos», asunto que «debería mejorarse» en la parte que tiene que ver con «saber contar lo que hay con un sentido eficiente». Esto es, para esta alumna del Máster de Patrimonio de la UCLM «los tecnólogos que crean este tipo de aplicaciones deberían trabajar en equipos multidisciplinares con humanistas, historiadores o expertos en contenidos» para ofrecer informaciones actualizadas porque, recordó, «lo importante en estos tiempos es la ubicuidad» y además en Toledo se cuenta con la ventaja de poder completar los contenidos con los hallazgos arqueológicos que suceden, por ejemplo, en las excavaciones de urgencia.

Conocedora del medio toledano y consciente de que los cambios en la ciudad no suelen ser bien recibidos, dijo albergar, sin embargo, «la esperanza en que tarde o temprano llegarán porque los ciudadanos están interesados» en este tipo de herramientas. Por tanto, y con la certeza de que los visitantes a los museos y espacios patrimoniales demandan poder conectarse a internet y acceder de forma sencilla y directa a todos los contenidos disponibles sobre un aspecto concreto, Gema Alonso recordó que hay que tener claro que el objetivo futuro se centra en «crear Museos abiertos que hagan posible la democratización de la información y la interacción».

En este empeño, el pionero en el espacio local ha sido el Museo Sefardí y, por estar en la ciudad, los museos que pertenecen al Ejército. Porque la administración regional debería tomar ejemplo de la importancia que las aplicaciones tienen en el Museo del Ejército de Toledo y del gran esfuerzo invertido en este aspecto.

De hecho, se hace imprescindible destacar la iniciativa desarrollada por Museo Naval de Madrid para acercarse a los más pequeños a través de una aplicación que les permite recorrer sus salas y conocer la historia de la navegación de una forma sencilla y divertida. De la mano del capitán Telmo, el personaje ideado por el Museo para guiar las actividades infantiles, y su nave Chronos, la aplicación Chronos-Museo Naval posibilita a los jóvenes visitantes adentrarse en los misterios y epopeyas de la historia de la Marina a través de cinco juegos diferentes.

Este tipo de propuestas, además de muchas otras puestas en marcha en museos de todo el mundo, tendrían que ser prioritarias junto a la contratación de más personal. Y es que aunque la crisis no deja de estar presente en la realidad cultural, hay facetas en las que no se puede quedar atrás porque, al final, pasan factura.