Sin noticias desde 2007

C.M.
-

La Consejería de Cultura, en colaboración con el Ministerio de Cultura, intervino en el espacio hace siete años con la intención de retornar el espacio tanto en su aspecto expositivo como en su puesta en valor arqueológica

Sin noticias desde 2007 - Foto: La Tribuna

Fue en febrero de 2007 cuando la entonces consejera de Cultura, Blanca Calvo, señaló que las excavaciones realizadas en el Taller del Moro pretendían recuperar un espacio que llevaba cerrado más de cuatro años. Desde aquel momento, y anunciada la intervención como previa a la puesta en funcionamiento el edificio, nunca más se supo.

Porque a pesar de que la Consejería de Cultura trabajó con el Instituto del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura para diseñar un proyecto que permitiera la visita de lo hallado en el lugar, lo cierto es que tras la salida de esta consejera y del que fuera director general de Patrimonio, Enrique Lorente, la intención se desvaneció a pesar del trabajo realizado y de la inversión realizada.  

Se apostó, en ese momento, por devolver el espacio a la ciudad convirtiéndolo en un museo -colaborado por el Ministerio de Cultura (titular del inmueble)- que ofertase la posibilidad de visitar los hallazgos arqueológicos, por ello se ideó la conservación del suelo y de todas las características del salón mudéjar.

Hay que recordar, en este punto, que la intervención estaba destinada a instalar una cámara de aire que evitara las humedades en el edificio, actuación que propició el descubrimiento de restos hasta los cinco metros de profundidad. Se trataba de las estructuras romanas sobre las que se asienta el resto del edificio, entre las que se localizaron muros del siglo I encofrados de mampostería y argamasa. Se descubrieron restos aterrazados que siguen la variación original del terreno, y aparecieron trazas de lo que parecía una antigua calle romana aporticada.

Gran casa mudéjar. El Taller del Moro, edificio de planta rectangular y muros de mampostería encintada, conserva su salón y tiene que ver con las llamadas ‘casas principales’, que fueron construidas por la nobleza toledana en los siglos XIV y XV.

La denominación de Taller del Moro se remonta, al parecer, al siglo XVI, cuando fue arrendado por la Catedral para ser utilizado como solar para talla de piedra y como almacén. Aunque no queda claro el origen de esta denominación, la referencia de ‘Moro’ se extendió a la ‘calle del Moro’ e incluso a la ‘plazuela de la Casa del Moro’, como se conocía todavía en el siglo pasado.

Después de varias utilidades y propietarios, el Taller del Moro fue adquirido por el Estado en 1959, año en el que llevó a cabo la restauración del edificio. Desde 1963 estuvo dedicado a ser Museo del Mudéjar toledano, hasta que los problemas de humedades obligaron a cerrar sus puertas -si nada lo impide- hasta el próximo 2015.