«Cuando dibujé Toledo hace dos años, me dio la sensación de que esta ciudad tenía que abarcarse en varios niveles. Primero, rodeándola desde la carretera del Valle, como si estuviera a bordo de un satélite, con miradores en distintas posiciones de su órbita. Segundo, desde las alturas, a vista de pájaro, desde las torres de los Jesuitas y desde la Biblioteca de Castilla-La Mancha, que está en elAlcázar. Por último, como un gusano perdido en el interior de la manzana de sus calles». El veterano ilustrador Jorge Arranz, que ayer inauguró en el Espacio Tendillas de Toledo una exposición itinerante organizada por iniciativa de la Fundación Ex Libris con distintas representaciones de la ciudad, se refirió con estos tres símiles -satélite, pájaro, gusano- a una exposición que permanecerá a disposición de los vecinos de Toledo hasta después de Navidad.
Arranz, colaborador del diario El País y autor de las ilustraciones de numerosas campañas de publicidad, animaciones, cómics y escenografías, entre otros formatos, ofrece esta visión de Toledo dentro de su proyecto ‘Ciudades Patrimonio de la Humanidad Dibujadas’, para el que ha recorrido muchos marcos urbanos. «Siempre me ha interesado dibujar las cosas que me rodean, y entre ellas están sobre todo las ciudades, así que podría considerarme como un ilustrador de ciudades». Toledo, en este contexto, es para Arranz «una ciudad fabulosa para un dibujante, al margen de su trascendencia histórica y cultural». El apiñado caserío delCasco, contemplado desde diferentes puntos de vista en el interior del Espacio Tendillas, no es para este ilustrador una homogénea masa de colores ocres en la que destacan la Catedral y el Alcázar, sino «un laberinto escalonado, una sucesión de niveles como la que le decía, en donde la entonación del color da como resultado una ciudad muy definida, comprendida entre los azules del río y del cielo».
Jorge Arranz no se limita a recoger la semblanza de las ciudades que va recorriendo. «Dibujar es una herramienta muy buena para aprender, porque te permite pasar la raya de las apariencias. A diferencia del acto de ver, dibujar implica percibir las cosas que no están a la vista, como si se encendieran focos de luz en el interior de nuestros ojos que iluminan toda la escena. Es en esta percepción, continuó el artista, en donde se recoge la esencia diferente de todas las ciudades.
La muestra coincide con la presentación en sociedad de un nuevo espacio para exposiciones en la ciudad. Espacio Tendillas, situado en el número 15 de esta calle, en pleno corazón del Casco Histórico, es un local pequeño pero lleno de posibilidades que sustituye a la antigua sala Garrigoz Arte. Aún es pronto para concretar futuros proyectos, pero, por el momento, ofrece la personal mirada esencial -satélite, ave, gusano- de Jorge Arranz.