MAVIT continúa creciendo

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El Museo Arqueológico Virtual de Toledo suma ya 117 fichas. Esta iniciativa del foro Toletho surgió como revulsivo contra la falta de un museo arqueológico de la ciudad

MAVIT continúa creciendo

El Museo Arqueológico Virtual de Toledo (MAVIT), una iniciativa impulsada por algunos usuarios del foro Toletho (toletho.com) para compartir una misma inquietud por el pasado y para contribuir a denunciar el escaso apoyo que las administraciones prestan a la musealización y difusión arqueológica de la ciudad, ha cumplido dos años. O, lo que es lo mismo, seis meses desde que se produjo su llegada a la red social Facebook, que ha contribuido a visibilizar esta iniciativa y permite seguir las novedades incorporadas por sus responsables semana a semana.

«MAVIT (al que es posible acceder a través de la dirección mavit.toletho.com) no es un mero catálogo», explica Kászon Kovács, uno de los miembros más activos de este proyecto y responsable del blog Upstream Sight (kaszonkovacs.blogspot.com.es), asimismo interesado por el patrimonio monumental. «Las fichas que estamos elaborando son una especie de ventanitas interconectadas al pasado lejano de Toledo con las que queremos contribuir a moldear una ‘representación interior’ de la ciudad alejada del turismo de masas». Kovács es consciente de que «un museo arqueológico físico es imprescindible para sistematizar el estudio de nuestro pasado, aunque, hasta que no sea una realidad consolidada, el MAVIT puede ir contribuyendo a rellenar el vacío». Estas palabras se parecen al testimonio con el que el proyecto se incorporó a Facebook hace ahora medio año, cuando La Tribuna le dedicó un reportaje: «Hoy en día, en plena época de recortes, es casi obsceno hablar de construir un nuevo museo. Pero también es obsceno que una ciudad como Toledo no tenga un museo arqueológico».

En estos seis meses el número de fichas ha aumentado de 76 a 117. Muchas de ellas, insiste Kovács, se centran en piezas poco conocidas (una de las últimas incorporaciones es el icono de las Doce Fiestas, conservado en la Catedral) o bien recuperan «elementos que se daban por desaparecidos o sobre los cuales no se tenía muy claro su origen toledano». Pedro Liñán de Riaza, que toma su nick o seudónimo de un escritor del Siglo de Oro y que es el responsable de una buena parte de las fichas del catálogo, cita como ejemplos el púlpito mudéjar de Santo Domingo el Real (que se conserva en Yuste), el brocal de barro vidriado del callejón de San Ginés que hoy alberga el poco conocido Instituto Valencia de Don Juan, de Madrid, o la lápida del sepulcro de la capilla de Belén (que en este caso sí está en Toledo, en el Museo de Santa Cruz). En otras palabras, unas piezas que poco tienen que ver con otros referentes difundidos hasta la saciedad en guías turísticas y que sin duda sorprenderán a muchos toledanos.

Desde la creación de un perfil en Facebook (goo.gl/bptygk), el Museo Arqueológico Virtual de Toledo suma 322 miembros, con nuevas solicitudes de incorporación cada semana. Más, recuerda Kászon Kóvacs, los comentarios y debates alentados en torno al patrimonio toledano.

Los responsables de esta iniciativa son conscientes del apoyo que durante los dos últimos años han recibido por parte de diversos colaboradores, desde fotógrafos como Renate Takkenberg-Krohn y José María Moreno (así como el divulgador de la fotografía histórica Eduardo Sánchez-Butragueño, responsable del blog Toledo Olvidado) hasta arqueólogos como Rafael García y documentalistas como María Jesús Galán. Todos ellos, junto con las aportaciones de Alicia Arellano y Manuel Palencia, entre otros representantes del contexto cultural toledano, han contribuido a que esta iniciativa se haga realidad. Hasta que un museo arqueológico en condiciones sea posible.