Unas oposiciones nunca son fáciles. Y menos aún si han pasado cuatro años desde la última convocatoria, si las plazas son pocas, si los candidatos son muchos, si se cambia el sistema y si además no sólo está en juego conseguir un puesto de trabajo fijo, sino también la posibilidad de trabajar como interino. Todos esos factores se han mezclado durante el mes que ha durado todo el proceso de concurso-oposición y para el que muchos opositores han estado preparándose casi un año (fue en septiembre de 2012 cuando Cospedal anunció por primera vez su intención de convocar oposiciones).
El último día de julio, el miércoles 31, se publicó la lista de los aspirantes que tienen plaza y la puntuación total con la que la han conseguido. En función de esas puntuaciones, las plazas más caras se han vendido en Audición y Lenguaje, donde el último opositor con plaza ha sacado un 8,37, lo que sería la puntuación de corte para esta especialidad. No sorprende del todo, ya que sólo había seis plazas disponibles para el turno libre. Le seguiría Educación Física, con una puntuación de corte del 8,34, Música con un 8,25, Infantil, con un 8,19 y Pedagogía Terapéutica, con un 8,047. Por debajo del 8 se han quedado las puntuaciones de ‘corte’ de Primaria, con un 7,72 e Inglés, con un 7,21. También tiene parte de lógica, pues eran las dos especialidades en las que había más plazas disponibles.
cuestión de nota y de experiencia. Hay que tener en cuenta que esta puntuación no sale sólo de la nota de la oposición, que a su vez se compone de cuatro ejercicios distintos. La nota cuenta dos terceras partes de la puntuación final. La tercera parte restante sale de la parte del concurso, donde se valoran los años trabajados, la formación académica y otros méritos en los que se incluyen los cursos.
Las dos puntuaciones más altas del concurso oposición se han dado en Educación Física, donde los dos primeros candidatos con plaza han sacado un 9,66 y un 9,65. La puntuación más alta en Primaria ha sido de un 9,4, la de Pedagogía Terapéutica un 9,3, la de Infantil un 9,09, la de Música un 9,05, la de Audición y Lenguaje, un 9,04 y la de Inglés, un 9,02.
Pero las puntuaciones no son los únicos indicadores que pueden dar una pista de qué plazas se han vendido más o menos caras. El número de opositores por especialidades y su proporción con las plazas convocadas también han dado una idea de las ramas en que ha habido más competencia. La palma se la lleva Infantil en este caso, ya que con los aspirantes inscritos daban a una media de 137 por plaza. A mucha distancia le seguían después los 51 por plaza de los candidatos de Audición y Lenguaje y de Educación Física, las dos especialidades con puntuaciones de corte más altas al final del concurso-oposición. La mejores proporciones las tenían Primaria con 36,5 candidatos por plaza e Inglés, con 30 por plaza. Precisamente son las dos especialidades con puntuaciones de corte más bajas.
De los 9.000 opositores inscritos, fueron 8.026 los que se presentaron a hacer las pruebas, lo que supuso una participación del 85% de los candidatos. Pero otra de las novedades de estas oposiciones es que las pruebas eran eliminatorias. Era necesario que un opositor sacase un 5 del ejercicio teórico y práctico de la primera prueba (aunque el práctico puntuaba más a la hora de hacer de la media). Según los datos de la Consejería, 1.960 candidatos pasaron la criba. Es decir, que tres de cada cuatro se quedaron fuera de la siguiente fase de la oposición.