«La noche anterior soñé que la liaba, pero no lo creí hasta el final»

Sergio Miguel
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Entrevista a Daniel Blanco Garde, doble campeón de Europa júnior de salvamento

Estudiante de Ingeniería Aeroespacial y doble campeón de Europa júnior de salvamento. Resulta complicado calibrar cuál de estos desafíos es más complicado para un Daniel Blanco que ha conseguido el segundo y se ha propuesto conquistar el primero. Este toledano es uno de los últimos productos de la inagotable cantera de un club, el Oriol Imperial, cuyo trabajo sigue dando valiosos frutos.

¿Cuánto tiempo lleva practicando salvamento?

Haciéndolo bien, dos años. Desde que me apunté al Oriol Imperial y empecé a practicarlo con ellos. Hacía natación en el Patronato, en la piscina del Polígono, pero no tenía nada que ver; simplemente nadaba sin competir y eso era muy aburrido. Después de dejarlo estuve un año sin hacer nada y cuando me enteré de que estaba el Oriol, me decidí por el salvamento.

¿Conocía en qué consistía el salvamento antes de ir al Oriol?

No tenía ni idea de lo que era. Una vez entré sí me lo comentaron y me dijeron que al tener las piernas muy largas se me podían dar bien las pruebas de playa. Al final tuvieron razón.

En el Oriol tienen mucha experiencia con esta disciplina y le orientaron muy pronto.

Sí, sobre todo el entrenador, Roberto Navalón, que tiene muchísima experiencia en el mundo del salvamento y sabe enseñar muy bien. Yo creo que la mitad del éxito que he conseguido es suyo y la otra mitad es mío. Justo después de ganar el oro en el Europeo júnior llamó por teléfono y hablando con él estábamos los dos muy emocionados. Nos hemos pasado todo el verano entrenando los dos solos y nos hemos unido mucho. Él decía que le gustaba porque veía que yo ponía las mismas ganas para aprender que él para enseñarme.

¿Qué fue lo que más le sorprendió al principio?

El maniquí. Cuando lo vi no sabía qué había que hacer con eso. Tienes que  aprender a cogerlo y choca un poco pasar de natación a usar maniquí, igual que el tubo o las aletas. Es otra técnica diferente y debes mejorarla para hacer buenos resultados.

Además en los deportes acuáticos las diferencias son muy pequeñas.

Claro, y los gestos técnicos, como coger el muñeco, pueden hacer que se te vayan uno o dos segundos que luego son vitales.

¿Ya se va creyendo que se convirtió en doble campeón de Europa júnior?

Ya he bajado un poco de la nube porque he tenido mis primeros exámenes de la carrera. Me costó mucho creérmelo, aunque en los días previos sueñas con lograr la medalla de oro. De hecho, la noche anterior soñé que la liaba y ganaba, pero no me lo creí hasta el final, cuando se te queda la sonrisa de tonto.

¿Cómo vivió la concentración con la Selección?

Pues el campeonato me gustó muchísimo por la concentración de la Selección previa a la competición. Eso te sirve para hacer piña y entrenarte con gente que va a hacer las mismas pruebas. En los días de piscina, los que hacíamos las pruebas de playa nos dedicamos a animar a los demás. Cuando me tocó competir, el día que íbamos de camino conseguí que me pusieran ‘Highway to Hell’ de ACDC. Creo que eso me ayudó.

En salvamento hacen pruebas muy diferentes y, sin embargo, dan la imagen de ser un equipo muy unido.

Tienes que apoyar a tus compañeros porque lo van a agradecer, de la misma forma que cuando compites tú se lo agradeces. Hacer piña es un bien común para todos y nos sube mucho la moral. Se disfrutan más los éxitos porque se celebran con todos. Por ejemplo, el oro en el relevo del 4x90 sprint me llegó a saber mejor porque era compartido. Al acabar la carrera, recuerdo que nos abrazamos los cuatro en el centro y me gustó muchísimo. Fue un momento muy bonito.

El mérito está en entrar en esa Selección, porque la competencia en España es grande.

Sí, porque son seis chicos y seis chicas. Y con esos deportistas hay que hacer equipos para optar a las pruebas de piscina y de playa. Este año el seleccionador ha cogido a cuatro de piscina y dos de playa que éramos dos dobles campeones de España. De esta forma el seleccionador ha podido llevar una piscina muy completa y para la playa ha podido elegir bien.

¿Ser campeón de España de una modalidad no le garantiza, por tanto, estar en el Europeo?

No te lo garantiza de ninguna manera. Si has conseguido dos oros, en principio sí, pero luego depende de que el seleccionador te vea en ese equipo. La verdad es que es muy complicado.

¿Cómo se sintió cuando se vio seleccionado tras el Nacional?

Muy contento. De las dos medallas de oro en el Campeonato de España, la de sprint sí me la esperaba pero la de banderas no. Navalón fue sincero y me dijo que me veía quinto, pero luego me vio tirar muy bien. Cuando conseguí los dos oros esperaba que me cogiesen para la Selección y, cuando lo hicieron, me fui con mis amigos a invitarles a una cerveza.

En el club también se tuvo que celebrar mucho su actuación.

Todos se alegraron, sobre todo porque retransmitieron en directo el Europeo y lo iban comentando por las redes sociales. Además, el Oriol es uno de los mejores de España, gracias a un entrenador como Navalón y deportistas como Samantha Redondo que va con la absoluta, Sergio Íñiguez, Jorge Ortega o Jacobo Íñiguez.

¿Cómo es una semana de entrenamiento para llegar al oro?

Este verano han sido muy duras, entrenando entre seis y ocho horas diarias alguna vez. Muy intensas además. Por la mañana tocaba nadar y gimnasia, mientras que por la tarde íbamos a la pista de atletismo a preparar la prueba de banderas. Luego volvíamos a la piscina para nadar otra vez. Pero cuando consigues el resultado,ves que ha merecido la pena y, además, te sirve para los estudios, porque ves que se puede.

¿Es fácil compaginar esos entrenamientos con los estudios?

No se puede. Al menos en mi caso. Antes de selectividad, estaba yendo al gimnasio, pero a falta de dos semanas corté. Ves que te estás jugando tu futuro y tienes que estar a una cosa o a la otra. La verdad es que estaba deseando acabar los exámenes para volcarme con los entrenamientos.

¿Cómo le dio por estudiar Ingeniería Aeroespacial?

Desde pequeño me han encantado los aviones y quería ser piloto militar, pero no puedo por la vista. Miré la opción de ser piloto comercial, pero es una barbaridad el dinero que hay que invertir. Por ello, me decanté por la ingeniería, que trato lo que me gusta y voy a trabajar con aviones. Es un sueño para mí.

Pero también es una carrera muy complicada.

Es una carrera muy dura y el propio entrenador, Navalón, me ha aconsejado que después de acabar el Europeo me debo centrar en ella. Él me ve capaz de aprobarla y yo también.

¿Después seguirá haciendo salvamento?

En cuanto acabe, sí. Intentaré ponerme de nuevo en forma durante el invierno, aunque creo que va a ser imposible llegar al nivel al que he estado este verano. Pero al menos mantendré un nivel aceptable de competición para acercarme en el futuro.

¿Le sigue tirando la competición después de verse entre los mejores de Europa?

Antes de ir al Europeo, pensaba en dejarlo después de esta competición. Pero cuando ganas, no lo puedes dejar. Aunque será difícil repetirlo, motiva mucho.

Es una pena que no se pueda dedicar de forma profesional a algo que se le da tan bien.

Efectivamente. Si a mí me dijeran que puedo comer de este deporte, entrenaría como este verano durante todo el año. Pero no voy a poder mantenerme y sé que no puedo vivir de ello. En cambio, creo que si consigo sacarme la carrera sí podré.

Parece que para vivir de ello, debe ser una estrella mundial.

En fútbol con estar en Primera te puede valer, pero en salvamento, o incluso en natación si quitas a alguien como Mireia Belmonte, no. Y eso que la natación la conoce todo el mundo como deporte. Irene Morales, que estaba en el club, fue campeona del Mundo de Salvamento y tuvo que dejarlo para dedicarse a la carrera de Magisterio. Ahora ha vuelto a entrenar y sigue estando a un gran nivel.

¿Las pruebas de sprint y de banderas son las que más le gustan de todas las que componen el salvamento?

Sí; los 90 metros sprint, obviamente, porque es la prueba que mejor se me da. Pero la de banderas es más emocionante. Empiezas tumbado en la arena, dándole la espalda a un tubo de manguera que esta clavado en la arena, y debes levantarte para ir a cogerlo. Hay siempre una bandera menos que los participantes y se van eliminando los que pierden. En esta carrera, uno que sea muy bueno puede ir a quitarle la bandera que tenga cerca a otro muy bueno para eliminarlo. Es un juego bonito y al final es un cara a cara contra el mejor.

Como deportista toledano, ¿le gustaría ver que se disputa en la ciudad un campeonato nacional de salvamento?

Claro, pero el problema estaría en las pruebas de playa como sprint y banderas, pero sobre todo las que llevan tablas o esquíes.

Es una lástima que el Tajo a su paso por Toledo no esté en condiciones para poder albergar estas citas.

O aunque no se compitiera aquí, que sí pudiéramos entrenar. La gente se tiene que ir con sus tablas al pantano, que está a media hora, para entrenarse. Cualquiera mete a los chavales en el Tajo...

Seguramente que como club al Oriol le vendría bien tener el río en perfectas condiciones para captar más deportistas.

Por supuesto. Pero ya como toledano, no sólo como deportista que hace salvamento, me molesta ver el Tajo en estas condiciones al paso por la ciudad. No nos queda otra que quejarnos.

¿Qué le dicen sus compañeros de la Selección cuando les explica que es toledano y que no tiene playa donde prepararse?

Todos preguntan que dónde hacemos las banderas, por ejemplo. Les explico que utilizamos la pista de atletismo, que no está mal, aunque la playa sería lo ideal. Pero se sorprenden de que seamos buenos en playa procediendo de interior. Pero con entrenadores como Navalón, que aprendió a hacer las banderas él solo y le acabaron copiando su salida, se logran estos resultados.

¿Cómo ve su familia que haga salvamento?

Al principio estaban reticentes al dedicarle tantas horas en invierno a entrenar, porque querían que no descuidase los estudios. Como yo comparto esa idea, no hemos tenido muchos problemas con ello. Además, en verano ha sido cuando me he dedicado más al salvamento y mis padres lo agradecían, porque veían que me esforzaba en lugar de quedarme en casa, a pesar de que ha sido un gasto para ellos.

¿Tienen que aportar mucho dinero de su bolsillo?

En las competiciones nos toca pagarnos el hotel, la gasolina entre todos... Nadie se imagina a los jugadores del Toledo pagando la gasolina del autobús. Para ir a Gales en furgoneta, creo que sí nos dieron alguna ayuda, pero no lo sé seguro.

¿Tuvieron que ir desde Toledo hasta Gales en furgoneta y después competir?

Sí, para el Europeo. Fueron 2.500 kilómetros y tres días. Tardamos un poco más porque aprovechamos para hacer turismo, porque no era plan pegarse una paliza así y no ver nada. Estos viajes, al final, te sirven de algo, porque vimos Saint Michel, Normandía, Londres y París. Es más ameno, aprendes cosas y haces piña con los compañeros.