Con absoluta tranquilidad acudió el expresidente de la Caja Castilla-La Mancha ayer a la Audiencia Nacional para recoger la documentación que le debía entregar en mano el juez Pablo Ruz, tras la decisión de abrir juicio oral por los delitos de administración desleal y societario de falseamiento de las cuentas anuales de la caja.
«Vengo con la cabeza bien alta ya que después de cinco años de instrucción se ha podido acreditar que la gestión en la Caja Castilla-La Mancha ha sido una gestión honesta, transparente y de gente honrada», aseguró a su llegada a la sede de la Audiencia Nacional de la madrileña Calle de Prim, minutos antes de las diez de la mañana.
Se acercó con un caminar pausado hasta la Audiencia y se permitió charlar con los pocos medios de comunicación que en ese momento se encontraban allí, y a los que confesó encontrarse «un poco desconcertado con la decisión que se ha tomado por parte de la acusación particular». No en vano, el juez Ruz ha aceptado la imposición de una fianza de 138,2 millones de euros para él y el que fuera su director general, Ildefonso Ortega.
Ildefonso Ortega era el director general de la antigua Caja. - Foto: JUAN LAZARO Sin embargo, Hernández Moltó justificó que esa gestión de la caja fue honesta y transparente porque «los consejeros que fueron imputados han sobreseído todos sus casos». «No hay ni un euro que se haya llevado nadie a su bolsillo» expresó gráficamente para mostrar esa tranquilidad y desvincularse de otros casos de mala gestión de cajas de ahorro: «no hay ningún contrato o retribución abusiva de ningún ejecutivo, no hay ningún preferentista o accionista que se haya sentido engañado».
Preguntado por lo que motivó que la CCM se convirtiera en la primera caja en España en ser intervenida si la gestión fue «honesta y transparente», Moltó aseguró que «es evidente que años después, lo que pasó en aquella caja no fue distinto a lo que pasó en el sistema financiero español», aclaró al instante que la caja no fue intervenida por ningún agujero o quiebra sino «por un problema de liquidez como lo expresó el entonces gobernador del Banco de España y el propio vicepresidente económico».
Fue un problema de liquidez «pero las cosas con el tiempo se van modificando y a veces distorsionando» apuntó, por lo que «espero que podamos acreditar que aquella gestión es la que correspondía a aquel momento», dijo.
Tras la recogida de la documentación, tanto Moltó como Ortega tienen diez días para abonar la fianza, aunque el expresidente de la entidad ya avanzó que «es obvio que no voy a poder hacer frente y el procedimiento seguirá su curso y se tendrá que proceder al embargo de los pocos bienes que tengo», por lo que deseó que «el juicio sea pronto».
Juan Pedro Hernández Moltó acudió solo, no le acompañó el que será su abogado en el procedimiento de juicio oral, José Ángel González Franco. Ildefonso Ortega, que sí llegó acompañado a la Audiencia momentos antes que Moltó, aunque no se cruzaron en ningún momento, declinó hacer ninguna valoración de la sentencia a este periódico y se limitó a un escueto «no tengo nada que decir».