En 2011 los toledanos se pasaron una tercera parte del año en manga corta o tirantes. Entonces se batió el récord de días en los que se superaron los 30 grados de los últimos 35 años: fueron 114. El caso es que tampoco es algo tan extraordinario, al menos en los últimos años, pues se roza la media de los cien días con más de 30 grados. El informe encargado por la Junta sobre los efectos del Cambio Climático en la región destaca que en Toledo  ahora hay 19 días más de calor al año que a comienzos de los ochenta.

En 1981 la media de días de más de 30 grados no llegaba a los noventa. Sin embargo, ahora se acerca a los cien. Crecen a un ritmo de un día más de calor cada dos años.  Eso implica que no hay verano para tantos días de calor. O dicho de otra forma, que el verano meteorológico tiende a excederse más que el verano astronómico, pues entre solsticio y equinoccio hay 94 días. Las matemáticas dejan claro algo que muchos toledanos saben:que también hay episodios de calor en primavera y en otoño.

El informe de efectos del Cambio Climático lo ha coordinado el climatólogo Jonathan Gómez Cantero, conocido por dar el tiempo en Castilla-La Mancha Media y se ha elaborado por parte de la Oficina del Cambio Climático y sobre todo por muchos profesores y expertos de la Universidad de Castilla-La Mancha. En concreto, el capítulo de ‘Alteraciones climáticas observadas en los últimos años’ lo ha escrito el propio coordinador, Gómez Cantero.

Si los días que superan los 30 grados han subido, los días en los que se baja de 0 han disminuido. La serie estadística muestra que ahora hay unos 14 días menos de heladas que antes. Estaban en los 70 de media en 1981, pero ahora no llegan a los 60. De este período, el año con más días de frío fue 2005, con 73.

Este segundo informe sobre los efectos del Cambio Climático refleja lo mismo que el primero: que las consecuencias del calentamiento global ya están aquí. Solo en estos 35 años la temperatura media ha subido 1,26 grados en Toledo. Con todo, es junto con Guadalajara la provincia en la que menos ha crecido la temperatura media. En Castilla-La Mancha ha sido un 1,4 y en Cuenca se ha disparado a 1,89.

Por estaciones, el aumento de temperatura se ha notado sobre todo en verano. Entre el trimestre de junio a agosto de 1981 y el de 2016 hay una variación al alza de 1,89 grados. «La nueva realidad climático hace que los que ahora se consideran ‘frescos’, sería más cálidos que los de comienzos de los años ochenta», indica el estudio.

Le sigue el aumento de temperatura media de la primavera, con un incremento de 1,53 grados entre marzo y mayo. En otoño ha subido 0,85 grados (trimestre de septiembre a noviembre), mientras que la menor variación de temperaturas se ha dado en invierno. Aun así, también ha crecido 0,62 grados en estos 35 años.