La familia de Arturo y Rosa confía en que estén descendiendo del Himalaya

J. Monroy | TOLEDO
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La pareja de toledanos estaba a casi cinco mil metros cuando les sorprendió el terremoto. El campamento base al que querían llegar al día siguiente quedó sepultado por un alud

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Las familias de Rosa Martín y Arturo García supieron el propio sábado, pasado ya el terremoto, que estaban bien. Desde entonces, siguen esperando nuevas noticias de estos dos jóvenes toledanos, de 27 años, que estaban pasando unos días cerca del Everest, haciendo trekking, cuando les sorprendió el movimiento de tierras que ya ha provocado más de 3.600 muertos en Nepal.

El padre de Arturo, José Luis García, explica que el sábado la familia se quedó bastante tranquila tras la llamada, al conocer que la pareja estaba bien después del principal terremoto, que había causado múltiples aludes en el Himalaya.

Rosa y Arturo se desplazaron a Nepal para hacer trekking. Llevaban ya diez jornadas y estaban a 4.900 metros de altura. Tenían previsto acudir al día siguiente al campamento base sepultado por la nieve, a cinco mil doscientos metros, para empezar a descender a partir de allí. Tras el terremoto, pudieron quedarse en un hotel que resistió, con grupo grande de personas, entre los que no había más españoles.

En su llamada, Arturo contó a su familia que su intención tras el primer movimiento de tierras era ver si podían echar una mano. Aunque en aquel momento estaba nevando, no había visibilidad y hacía diecisiete grados bajo cero. Su idea era pasar la noche, y ver si mejoraba el tiempo para prestar su ayuda si era necesario que subieran a echar una mano al campamento base. Tampoco descartaban quedarse allí, o dirigirse hacia los pueblos más abajo. En cualquier caso, José Luis entiende que habrán tratado de salir de la zona, porque no tendría mucho sentido ya quedarse.

Las familias están en contacto con el Ministerio de Defensa y la embajada en Nepal. En principio, la pareja tenía previsto volver el día 14, aunque ahora mismo, reconoce José Luis, «todo es incierto». Tenían que volver del aeropuerto de Lukla, que ha quedado bastante dañado. Pero el padre de Arturo confía en que el Ministerio los retorne hasta España cuando lo estime oportuno, «porque entiendo que ahora mismo tendrá antes otras prioridades más importantes, sobre todo en la ciudad de Katmandú».

Arturo es licenciado en Ciencias del Deporte y tiene el curso de Monitor de Montañismo. Su vida y actividad profesional están ligadas al deporte y la montaña. También es un aficionado a la orientación, deporte al que introdujo a toda su familia, y pertenece al Club Escondite Nature Sport. Ahora quiere también especializarse en el barranquismo. Rosa por su parte comparte aficiones con su novio, y es farmacéutica en Talavera.