Ángel Ronco va quemando etapas en su preparación de la temporada de cross. El primer y único test serio resultó positivo. El bargueño alcanzó el objetivo marcado de bajar de 31 minutos en los 10 kilómetros de Socuéllamos, disputados el pasado domingo en la localidad ciudadrealeña. En la distancia que deberá afrontar el próximo 16 de noviembre en Burgos, en el Cross de Atapuerca, las sensaciones fueron «muy buenas» si se tiene en cuenta que se trataba de un circuito homologado. Ronco fue sexto en la general y primero de su categoría con 30.55.
«Creía que podía estar en esa marca», indica el corredor, aún más teniendo en cuenta que «el trazado tenía muchas curvas que te frenaban y tenías que volver a arrancar». De este modo, con la satisfacción de que el trabajo que está realizando está dando sus frutos, el atleta de la AD Marathón va a perfeccionar en las próximas dos semanas antes de bajar el ritmo en la última antes de la competición, «para llegar lo más descansado posible». El bargueño es muy optimista en la que está siendo «la mejor pretemporada de los últimos años».
Hay que recordar que la gran meta de Ronco es clasificarse para el Campeonato de Europa de cross que se celebrará en diciembre en Samokov (Bulgaria). Para lograrlo en Burgos es clave terminar entre los cuatro primeros de su categoría porque, si bien la selección nacional estará compuesta por seis integrantes, sólo los cuatro mejores tienen garantías de conseguir el billete. En Socuéllamos pudo testar el nivel de los corredores promesas de Castilla-La Mancha, a los que superó, pero no sabe dónde pueden estar los demás. Y es que, para ganarse un puesto con España también partirán de la parrilla de salida los promesas de tercer año que pasan a partir de enero a categoría sénior. Tendrá, por tanto, una dura competencia.
En el plan de ruta de Ángel Ronco no hay nada más allá del Cross de Atapuerca porque depende del resultado obtenido en esta primera prueba. Después, se planteará su correr el 23 de noviembre en Soria o el 30 del mismo mes en Alcobendas. Como sólo tiene la mente en Burgos, el atleta bargueño espera que el trazado le favorezca. Ya ha corrido allí y sabe dónde se la va a jugar, así que espera que el azar haga el resto. Que el tiempo aún no haya cambiado le favorece pero está convencido de que «hará frío». Para Ronco la lluvia no sería un impedimento, sí el viento.