'El Tajo' denuncia que la valla del Barrio Avanzado también inutiliza las aceras

J. Monroy | TOLEDO
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Haciendo las mismas cuentas que con la barandilla de las obras del Hospital, Gicamán debería al Ayutamiento más de cuatro millones y medio por la ocupación de casi nueve kilómetros cuadrados de terreno municipal seis años y medio

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El de las obras del hospital no es el único vallado perimetral de la Junta ocupando suelo municipal en el Polígono. Alrededor del Barrio Avanzado, el Gobierno regional posee, a través de Gicamán, una barandilla metálica de unos dos kilómetros y medio. Aproximadamente un kilómetro y medio está fijado sobre suelo municipal, entre Ventalomar y Vía Tarpeya, en los que ocupa entre cinco y siete metros de no sólo acerado, sino también aparcamiento. De esta forma, echando las mismas cuentas que se hicieron para el hospital tras la última Comisión de Urbanismo, a 6,61 euros al mes de metro ocupado, y teniendo en cuenta que el perímetro se instaló antes de la contrarreloj de la vuelta a España en Toledo en septiembre de 2009, Gicamán tendría que pagar al Ayuntamiento más de cuatro millones y medio por la ocupación de nueve kilómetros cuadrados de terreno municipal.

La Asociación de Vecinos El Tajo entiende que los técnicos municipales tendrán que estudiar la licencia por la que se permitió la instalación del vallado, y si es menester solicitar esta elevada cantidad de dinero a la Junta. Habrá que ver si el permiso tenía caducidad, coste o en qué situación se encuentra. Pero más allá del afán lucrativo, que también podría ser lícito, la Asociación reitera la necesidad de recuperar de una vez los aparcamientos sustraídos. Lo que a su juicio se hace imprescindible, apunta Víctor Villén, portavoz en cuestiones de Urbanismo y Medio Ambiente, es que de una vez se retranquee también este perímetro, como se está haciendo en el hospital, para solucionar al menos el grave problema de falta de aparcamiento que tienen algunos vecinos de Ventalomar.

No se trata de una reivindicación nueva, recuerda Villén. En su día, cuando se estaba instalando la valla, antes de la llegada de nuevos residentes al entorno, la Asociación de Vecinos ya pidió que Gicamán instalara la valla en su terreno, y no ocupara la acera y el necesario aparcamiento. La respuesta fue que no podían hacer los apoyos dentro, porque tendrían que hacer más agujeros, y en la calzada se clavaban mejor los hierros. Además, el Ayuntamiento lo autorizó porque más adelante habría que cambiar estos aparcamientos en línea por otros en batería.

Hoy la realidad es que el proyecto de Barrio Avanzado está parado, los vecinos siguen pidiendo sus aparcamientos, y el vallado no sólo es inservible, porque tiene multitud de agujeros que permiten el paso, sino hasta peligroso, porque en algunos lugares las láminas metálicas sueltas podrían ser mortales con algo de viento.

La apuesta de la Asociación de Vecinos es que el Ayuntamiento obligue a Gicamán, como ha obligado a las obras del hospital, a retranquear este perímetro dentro de su propiedad, como tiene a la altura de la N-400, y que lo ponga además en un material menos peligroso. Ya ha habido reivindicaciones vecinales por escrito en este sentido, pero no ha habido respuesta.

Actuación integral. Más allá del retranqueo de la valla, la Asociación de Vecinos espera que Gicamán haga una adecuación integral de la parcela, ahora que parece olvidado el proyecto del Barrio Avanzado.

Recientemente, la Asociación de Vecinos ha encontrado amianto abandonado en el espacio, y siguiendo la lógica que la Junta ha tenido para pedir a otros propietarios que descontaminen sus parcelas, tendría que descontaminar la suya. Villén entiende que sería oportuno hacer de paso una intervención en todo el espacio para hacer una actuación integral en toda la parcela, ponerla en valor y al menos adecentarla.

Más allá, Villén también plantea dotar de una utilidad al edificio abandonado que se construyó en su día como centro de recepción del Barrio Avanzado, que tuvo un coste de 600.000 euros, pero está totalmente abandonado. Teniendo en cuenta que los vientos van al este, el portavoz vecinal plantea la creación de una discoteca de verano al aire libre. Hay toma de corriente, agua y aparcamientos. De forma adyacente, un pequeño monte podría facilitar la creación de un escenario. El espacio, apunta Villén, podría utilizarse casi como los esperados recintos feriales del barrio y de la ciudad.