La despoblación de los municipios rurales resulta una constante en España desde hace unos 50 años. Las comarcas alejadas de poblaciones prósperas se desangran paulatinamente y sólo adquieren vigor en las fiestas y los meses de verano. La Jara, en la provincia, supone un ejemplo claro de esa hemorragia, con la pérdida del 22 por ciento de los habitantes entre los años 1986 y 2016. Por ello, los natalicios se reciben con una alegría inusitada. Este año, los pocos más de 100 vecinos de La Fresneda, pedanía de Torrecilla de la Jara, no dejan de frotarse los ojos porque ven a tres mujeres embarazadas; en Torrecilla, acaba de dar a luz una joven. Lo nunca visto en las últimas décadas, puesto que era uno de los municipios más castigados por la despoblación desde los años 80. Cuatro nacimientos en estas poblaciones que apenas superan los 230 habitantes que rejuvenecerán y darán vitalidad al municipio.El alcalde, Pablo Arriero, es el primero que muestra su asombro y júbilo ante los embarazos.