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El Ayuntamiento de Toledo acaba de conceder licencia de obras a la Fundación El Greco 2014 para comenzar la rehabilitación del Edificio 38 de la Fábrica de Armas, en donde la escultora donostiarra Cristina Iglesias dará forma a su propuesta para la Torre delAgua. Con esta decisión de la Junta de Gobierno municipal se darán los primeros pasos para materializar la fuente que establecerá un juego simbólico entre el agua y la luz en el interior de la arquitectura industrial de este complejo.

El proyecto, que ha suscitado la atención de instituciones y entidades como la Diputación Provincial, el Consorcio de la Ciudad de Toledo, la Fundación Art Angel y la Universidad de Castilla-La Mancha, se iniciará con un presupuesto de 202.670 euros, los cuales serán financiados por elConsorcio y la Fundación El Greco 2014.

Fue hace exactamente un año, el 25 de noviembre de 2011, cuando la escultora expuso en Toledo los detalles de su propuesta. Lo hizo durante la jornada técnica ‘La revitalización del tejido urbano del conjunto histórico’ de Toledo, celebrada en las Cuevas de Hércules.

Cristina Iglesias, que ya había planteado con anterioridad su intención de «conducir simbólicamente la energía del agua a la ciudad», tiene previsto desarrollar el proyecto global a partir de cuatro intervenciones, cuatro acciones que conectarán el Tajo con las cotas más altas del Casco y de las que la Torre del Agua será la primera.

La escultora donostiarra dotará a esta deteriorada estructura industrial de la Fábrica de Armas, una vez rehabilitada convenientemente, de una fontana interior que establecerá un interesante juego entre el agua y la luz. La parte superior de la construcción será transformada en un observatorio desde donde será posible contemplar tanto el entorno del río como la ciudad monumental.

Iglesias avanzó en 2011 que ya se habían realizado las catas previas a la excavación de la fuente y que no habría problemas para desarrollar su escultura, un bajorrelieve que evocará el lecho del río y sobre el cual ha realizado ya varias pruebas. Algunos de estos estudios, creaciones en sí mismos, fueron expuestos en Nueva York a finales del año 2011.

Fue entonces cuando la escultora mostró por primera vez algunas recreaciones del aspecto que la Torre del Agua tendrá una vez finalizada, con descansillos para que los espectadores se detengan a contemplar la fluctuación del agua en mitad de una iluminación tamizada, puesto que el edificio será recubierto con láminas de alabastro.

La segunda ubicación prevista por la escultora una vez sea posible dar continuidad al proyecto es el Baño de la Cava, en donde, inspirada en la poética del lugar, sugerirá el camino para ascender desde las aguas hasta la zona superior del Casco. El siguiente jalón de su proyecto sería la Plaza del Ayuntamiento, «un espacio emblemático del Casco cuyo tratamiento requiere de especial sensibilidad y respeto». Iglesias avanzó el año pasado que se trata de un lugar de paso que debe seguir siendo utilizado por visitantes y vecinos, entre quienes le gustaría sugerir la sensación de que su trabajo «siempre ha estado ahí», mimetizado con el entorno más que parecer una obra nueva. La artista jugará con el agua en este punto a través de una sensación, flujo y reflujo, «de desbordamiento controlado». Santa Clara sería la última localización, desestimado el espacio que inicialmente se había previsto, la antigua Pajera de San Pedro Mártir, próxima al Ochavo. Su proyecto incluye rehundir un espacio de aproximadamente tres metros por tres en donde volverá a jugar «con esa misma sensación de agua que bulle, que sube y que baja».