La eterna espera de la pista de atletismo

Raquel Jiménez
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La degradación es cada vez más patente en esta instalación a la que la RFEA retiró la homologación en abril de 2017 y que desde hace diez años no acoge competiciones oficiales

La Pista de Atletismo de Talavera continúa con su proceso de degradación, con unas mejoras que no parecen ni mucho menos próximas. Hace un año ya -verano de 2017- de la reunión del alcalde, Jaime Ramos, y la concejala de Deportes, Montaña Palacios, con representantes de UDAT. Durante el encuentro, Andrés Vega, director de la Escuela y atleta, recuerda que «les presentamos el informe de las deficiencias que había y nuestra idea de lo que habría que hacer con la pista de atletismo». Y es que insistieron en que «lo principal era que se homologase y que no se hiciese una obra de simplemente reparar las calles 1 y 2, que son las que están peor, sino una pista donde se pudieran hacer competiciones».

La respuesta entonces fue que «se iba a hacer todo lo posible para que se homologase, a ver si en el verano de 2018 pudiera estar». Pero no va a ser así, sobre todo, porque «lo primero es la licitación». El presupuesto previsto era de 125.000 euros, pero «pensamos que es bastante escaso y que no va a llegar con eso»; de ahí que hace unas semanas desde UDAT pidieran que «con el dinero que se iba a ahorrar el Ayuntamiento en la piscina climatizada, unos 130.000 euros, una parte invirtiesen en la pista».

Hace unos diez años que no se puede realizar ninguna competición oficial en la pista; la última fue un Campeonato Regional Absoluto. «El motivo por que el que no se homologó en 2010 fue porque las calles 1 y 2 son de un material diferente al resto; entonces, como la pista se considera una misma unidad, tiene que ser del mismo material para que no haya irregularidades. Además de las calles 1 y 2, la cuerda está totalmente agrietada, tiene como un surco durante toda la pista de 400 metros, mientras que el resto de calles están muy muy duras y apenas amortiguan los impactos».

No son las únicas deficiencias, ya que según enumera Andrés Vega, «no funciona el sistema de llenado de la ría y si tiene más de 15 días el agua estancada, ésta se pudre y se llena de ranas».

Los obstáculos están rotos y agrietados, mientras que el material para las pruebas está oxidado. También la arena de los fosos, «es de obra y no de arena fina, con lo que si haces un salto, te puedes hacer daño. Además, los círculos de lanzamiento no tienen las medidas reglamentarias».