Era el día de prueba y por eso la Policía Local no cursó las sanciones. El nuevo radar móvil, instalado en un vehículo rotulado de la DGT, empezó a operar a media mañana del miércoles en las calles de Toledo tras la presentación ‘oficial’ del dispositivo en la plaza del Ayuntamiento. El aparato ‘cazó’ ese mismo día a conductores que circulaban a más de 90 kilómetros por hora en tramos limitados a 50, según explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, Juan José Pérez del Pino.

De haber estado operativo, los infractores se habrían enfrentado a multas de 500 euros y a la retirada de seis puntos de carné de conducir. «Lo peor es que a esas velocidades es imposible hacerte con el control del vehículo y eso puede tener unas consecuencias terribles», denunció el edil. «Estos datos demuestran que hacía falta el radar», lamentó.

Las primeras denuncias se cursaron ayer después de que la Policía Local dedicase el primer día a testar a los conductores y el grado de cumplimiento de las normas de tráfico.

El Polígono fue el primer barrio donde operó el dispositivo, que se fue desplazando a otras zonas, como hará a diario, especialmente a aquellas susceptibles de circular a una velocidad por encima de la permitida.

Los entornos escolares u hospitalarios también están entre los puntos ‘calientes’, que se fijan en función del número de accidentes ocurridos, con y sin víctimas, de la circulación media por encima del límite de velocidad y de la intensidad del tráfico.

Vías como la calle Alberche, la avenida de Barber, la avenida de Europa, la Cornisa, la calle Cascajoso, Vía Tarpeya, Esparteros o la calle Italia son algunas de las que se controlarán.

Y es que, el Ayuntamiento y la Policía insisten en que «el objetivo no esconderse para recaudar», sino concienciar y reducir la siniestralidad vial tras los atropellos mortales de este verano.