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El Athletic de Bilbao cayó ayer ante el Bate Borisov, un resultado justo en un partido plagado de errores defensivos que propiciaron que el equipo bielorruso sumara los tres puntos y que se acreciente la crisis de juego y resultados del cuadro vasco, que sigue con su fatal inicio de temporada y se complica su futuro en la Liga de Campeones.

Con esta derrota, el equipo de Ernesto Valverde solo suma un punto en dos partidos y aún tiene que verse las caras dos veces con el Oporto y tiene que viajar a Donetsk. El equipo local, en teoría el rival más asequible del grupo, ahondó en la crisis del bloque rojiblanco, ‘dormido’ casi toda la primera mitad.

Y es que, hoy en día, el Athletic es un equipo sin confianza e inseguro. La prueba de ello está en lo endeble que se mostró en defensa en el Borisov Arena. Una fragilidad especialmente acentuada en los dos laterales, Balenziaga por la izquierda e Iraola por la derecha; este último fue superado sistemáticamente por Signevich.

De esa debilidad se aprovechó el equipo bielorruso todo el partido y certificó su superioridad en la primera parte con los dos tantos que, a la postre, le dieron los tres puntos. El primer tanto llegó tras un córner en el que Polyakov remató sin oposición en el segundo palo después de peinar involuntariamente un defensor del equipo vizcaíno.

  En el segundo tanto, Iraola fue el protagonista absoluto. Primero porque la jugada empezó con un pase a su espalda y, después, porque en él tocó involuntariamente el balón que disparó Karnitski y que se convirtió  en el segundo gol, que ponía el partido muy cuesta arriba para los visitantes, incapaces de encontrar su mejor juego.

  A pesar de que en las bandas se hizo más latente el problema defensivo vasco, todo el entramado de atrás salió tocado del duelo. La mala racha de resultados está teniendo un efecto desestabilizador en los jugadores de Valverde, que si no encajaron más goles fue por el desacierto de los atacantes del conjunto del este de Europa.

Porque ocasiones para ampliar la cuenta tuvo el Bate, muchas de ellas fruto de la mala salida de balón de la que hizo gala el equipo vizcaíno. Sobre todo en las botas de Signevich, que fue un dolor de cabeza durante toda la noche para los bilbaínos.  En ataque, el Athletic no estuvo mucho mejor y solo dominó al final del partido, con la urgencia del empate.

De hecho, el tanto del equipo español fue la única jugada de calidad que realizaron los de Valverde. Fue al filo del descanso, en una acción que empezó Íker Muniain con un gran control y acabó finalizando en gol Aduriz.

La diana dio aire a los ‘leones’ para los segundos 45 minutos, pero los continuos ataques de los de Ernesto Valverde no fueron lo suficientemente contundentes para poner nervioso al conjunto local.