El documento inicial reconoce los impactos

Susana Jiménez
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Aspectos positivos y negativos que afectarán al río y su entorno tanto en la fase de construcción como en la fase de explotación

El documento inicial reconoce los impactos - Foto: Yoli Lancha

Las actuaciones previstas en el proyecto para la integración del río Tajo en la ciudad de Toledo tendrán su impacto en el entorno previsto para su desarrollo. Una realidad con la que ya cuenta el propio documento inicial planteado por Burgos&Garrido, en el que se dedica un capítulo a los ‘impactos potenciales’.

Un apartado que da comienzo apuntando que  «muchos» de los impactos en el medio «tendrán un carácter positivo», al ser el objetivo de proyecto una mejora generalizada de la zona, «tanto desde el punto de vista socio-cultural como desde el medioambiental»; pero al mismo tiempo reconociendo también que determinadas actividades implicarán «impactos menos favorables y/o negativos» como consecuencia de determinadas acciones «inevitables».

En este sentido, apunta a los movimientos de tierra «relativamente importantes» que serán precisos para la construcción de algunos de los elementos proyectados, y que inducirán «impactos significativos durante la fase de construcción».

Junto a esta acción, señalaban otros impactos potenciales tanto en la fase de construcción como en la fase de explotación. En la primera de ellas señalan actuaciones de desbroce, demoliciones, ocupación superficial, afluencia de operarios, movimientos de tierra y transporte de materiales, instalaciones temporales y auxiliares, tráfico y empleo de maquinaria de obra, construcción de elementos diseñados, así como siembras y plantaciones.

Por otra parte, en la fase de explotación, se prevé que tengan impacto sobre el medio el funcionamiento del funicular, la afluencia de numeroso público al ámbito del río, la ocupación superficial y también el uso en elementos históricos.

Reconoce así el documento inicial que todas estas acciones producirán efectos, positivos y/o negativos, sobre los diversos factores físicos, biológicos, preceptuales, socioeconómicos y culturales del lugar.

Menor calidad atmosférica. Uno de los efectos concretos que se prevé pudieran producirse,  es la disminución de la calidad del aire en la zona, relacionado fundamentalmente con un incremento de las partículas en suspensión, a consecuencia del aumento del tráfico rodado. Un efecto que se manifestaría especialmente durante la fase de construcción, aunque  se apunta que «es de esperar» que el impacto sea «poco significativo» y se adopten las sencillas medidas de prevención que limitan su importancia.

Sin embargo otro efecto sobre el que sí llaman la atención los redactores del documento es el impacto lumínico asociado a los nuevos paseos y estancias en la zona de actuación. Y es que aunque la iluminación prevista es la mínima para asegurar los niveles de confort y de seguridad aceptables, tal y como reza el documento, ésta tendría sus efectos negativos sobre la fauna.

Por otra parte, a nivel sonoro, los efectos se manifestarían también fundamentalmente durante la fase de construcción, y vendrían derivados de  las distintas demoliciones y el movimiento de maquinaria que se debiera efectuar en la zona.

Respecto a la geología y la geomorfología, destaca el impacto que tendrá la construcción del Salón Fluvial, que  como recoge el proyecto, precisará de un volumen importante de relleno que procederá de préstamos del entorno.

Impactos «importantes». Tampoco se ponen en duda que se producirán «impactos negativos importantes»  sobre el río Tajo. Citan así de nuevo los derivados de los movimientos de tierras, y los procesos de construcción sobre el propio cauce, así como «posibles derrames accidentales» durante las obras. Efectos negativos, apuntan a renglón seguido, que se reducen «a su mínima expresión» durante la fase de explotación.

Por otra parte, y también como «relativamente importantes» califican los impactos sobre la fauna, especialmente sobre el barbo comizo, especie protegida en la zona, sobre la cual «pueden ser significativos» los impactos que pudieran producirse como consecuencia del incremento de la turbidez de las aguas del río.

En positivo. Cabe también destacar que en este documento inicial para el procedimiento de evaluación de impacto ambiental del proyecto, se apuntan también los impactos positivos  que tendrá esta integración del Tajo en la ciudad, tanto sobre la vegetación, al llevar asociado el proyecto una amplia actuación de plantaciones y siembras de especies autóctonas; como sobre el paisaje, factor que «será el más beneficiado».

Sin dejar a un lado también  los impactos socioeconómicos, así como los efectos beneficiosos que tendrán las actuaciones del proyecto ‘Take me to the river’ con la integración de los elementos del patrimonio cultural en este entorno recuperado.