La dársena del remonte será abierta a los autobuses el viernes próximo

latribunadetoledo.es
-

La operación costará 18.000 y consiste en colocar dos semáforos y modificar la señalización horizontal para garantizar la seguridad del tráfico porque «sólo un loco político pensaría que se podía abrir» sin estas medidas

Gicaman dejó hecha la preinstalación para meter los cables y colocar los postes mientras que el Ayuntamiento le exigía que colocará los semáforos. - Foto: David Pérez

Las dársenas del remonte mecánico Safont-Miradero podrían estar abiertas el viernes de la semana que viene para que los autobuses de turistas descarguen allí su pasaje. La operación va a costar al Ayuntamiento 18.000 euros que gastará en colocar dos semáforos y cambiar la señalización horizontal (en salidas y aparcamientos). Después de casi dos meses de polémica no ha hecho falta agotar el ultimátum de 15 días porque Gicaman ha autorizado la entrada de operarios municipales para «corregir lo que han hecho mal».

Al concejal de Movilidad no le siente bien que le pregunten si los políticos podían haber evitado este mes y medio de retraso desde que se inauguró la escalera si resulta que el acuerdo para acondicionar los accesos de los autobuses era tan fácil.

«Señor, -contesta-, hemos pedido varias veces la reunión, por escrito y verbal, cara a cara, y todavía no la hemos tenido, lo que no podemos es asumir que una cosa mal hecha se abriese a costa de la seguridad».

Su teoría es quien monta el lío entre el Ayuntamiento de Toledo y la Junta de Comunidades es la Consejería de Fomento y su empresa Gicaman: «para no reconocer que lo han hecho mal montaron este circo con la ayuda de los enanos de toda la vida, los que pagan para ir al circo, de vez en cuando», señala con su habitual claridad de discurso.

Más todavía, asegura que si Fomento y Gicaman hubieran querido abrir el paso sólo tendrían que haber levantando las vallas que colocó la Policía Local así que, bajo su punto de vista, el hecho de que las hayan mantenido demuestra que alguien no quería arriesgarse a que sucediera una desgracia.

«Sólo algún loco político podía pensar que las dársenas podían abrirse sin las medidas de seguridad». De hecho insiste en que «la broma del semáforo», cuando se les remitió una carta para que eligieran color, tamaño y modelo ofreciéndose a pagarlo, era «una excusa»   se supone que a la espera de que el Ayuntamiento diera el paso que ahora ha emprendido. Con todo este argumentario el concejal rechaza cualquier opinión que acuse al Gobierno del Ayuntamiento de haber tenido cerrada la dársena por una decisión política. Ha sido, subraya, por seguridad vial.

Por cierto, aclara que el plazo de 15 días no se ha agotado porque Gicaman ha autorizado por carta el trabajo del semáforo y no entiende que también se les critique cuando se dan más prisa de la esperada.

Propiedad municipal. Una vez que el paso de los autobuses quede expedito al Ayuntamiento seguirá pidiendo que desde Fomento le traspasen el control de la infraestructura porque es de su propiedad. «Si llamo a un fontanero para que me arregle el baño por mucho que le guste luego como ha quedado la obra no se puede quedar a vivir en mi casa», explica.

En este caso la tesis de Perezagua consiste en que Gicaman se quiere quedar el mantenimiento del remonte para que nadie pinte o arranque la placa que se colocó en la entrada para inmortalizar que la obra fue inaugurada por la presidenta María Dolores de Cospedal.