En torno a unas 5.000 personas, dos mil más que en la pasada edición, disfrutaron este sábado del segundo picnic jazz en el Puente Atirantado, un evento incluido en la programación del Festival Internacional de Jazz ‘Ciudad de Talavera’ que se prolongó durante cuatro horas de espectáculo. 

Según comenta a La Tribuna el responsable del festival, Benedicto Tapetado, la idea surgió el año pasado con el fin de «descubrir nuevos públicos y aprovechar espacios abiertos únicos en España para un festival de jazz». «Había que experimentar, porque la música no tiene límites y un festival tampoco debería tenerlo», espeta, orgulloso, el principal artífice de la propuesta. 

Entre el público encontró «muchísima gente nueva, incluso de Madrid, a la que no le gusta el jazz, pero la propuesta tampoco era jazz, era rhythm and blues, blues y rock». “Algo más digerible”, explica, aseverando que en un festival como este, «que va creciendo, cabe todo, desde músicas del mundo a fusión o rock and roll».