Los agentes de la Policía Local que regulan el tráfico en los accesos al colegio Ciudad de Nara fueron los primeros en llegar. Eran poco más de las 9 de la mañana cuando una llamada del 112 alertaba de que una anciana estaba en peligro en su domicilio. Se había caído y no podía levantarse, pero estaba consciente. Tras los agentes llegó una dotación de bomberos, que intentaron sin éxito acceder a la vivienda, situada en una cuarta planta de un bloque de pisos en la plaza de Holanda.

La presencia de una puerta blindada y con cerrojo de seguridad disuadió a los bomberos de tirarla abajo, así como el hecho de poder comunicarse a gritos con la anciana herida. Por ello, mientras solicitaban la presencia de la autoescala, que aunque llegó no fue necesaria, optaron por descolgarse desde la terraza. Un bombero del parque descendió con arnés y una palanca y, tras intentar forzar la ventana sin éxito, procedió a romper el cristal.

Su grito de alerta no fue muy contundente, y por poco los cristales de la ventana impactan sobre un agente de la Policía Local que en esos momentos acordonaba la calle mientras redirigía fuera de la zona de seguridad a peatones y vehículos. Gajes del oficio.

El bombero pudo acceder al interior de la vivienda sobre las 10:30 horas, comprobar que la anciana se encontraba bien a pesar de sus heridas y abrir finalmente la puerta para que el equipo sanitario -se desplazó una ambulancia- comprobara que la mujer, de unos 75 años de edad, se encontraba solamente con heridas leves tras la caída. El operativo, con dos camiones de bomberos, un coche de la policía, una furgoneta de atestados  y una ambulancia, despertó la curiosidad de los vecinos y los alumnos del cercano colegio.