La historia de Talavera no se podría entender sin el río Tajo. La vida de la ciudad siempre ha estado ligada a este recurso natural que tantas alegrías y buenos momentos ha dado a los talaveranos. Sin embargo, en los últimos tiempos el río está perdiendo protagonismo debido, en parte, al escaso caudal que circula por su cauce. Para retomar esa importancia en la ciudad y concienciar sobre la compleja situación en la que se encuentra, el grupo de teatro ‘El Candil’, respaldado por la Plataforma en defensa de los ríos Tajo y Alberche, realizó a lo largo de la jornada de ayer numerosas actividades para todos los públicos con un claro protagonista: el Tajo.
Los organizadores de este evento pretendían retroceder unos años para volver a vivir esos momentos en los que todos los talaveranos, al salir de trabajar, se marchaban en familia a disfrutar de la belleza y la calma del río. Así pues, desde este grupo teatral organizaron multitud de actividades en las inmediaciones de éste y el Tajo se lo agradeció.
El día comenzó con una nueva Jornada de Puertas Abiertas que organiza habitualmente el Club de Piragüismo Talavera-Talak. Los asistentes pudieron ver de cerca el escaso caudal que circula por la zona y la mala calidad de un agua que ha perdido toda su magia. Una hora más tarde, Afotala sacó a la calle una exposición fotográfica sobre el río. Los más pequeños se sorprendieron al ver tiempos pasados en los que todos los talaveranos se bañaban y disfrutaban de un caudal muy abundante, todo lo contrario a lo que sucede ahora.
Por la tarde, los más pequeños disfrutaron un taller de magia y otro de pintura rápida y papiroflexia en el que realizaron numerosos barcos de papel que posteriormente lanzaron al río simbólicamente para reclamar a las autoridades un mayor aprecio al río a su paso por la ciudad.
La Asociación Turística ‘La Barbacana’ hizo un breve recorrido por la historia del Tajo y detalló algunas anécdotas que hoy en día parecen inimaginables.
Para cerrar esta jornada junto al río, el grupo teatral El Candil utilizó el sarcasmo en cuatro breves representaciones para reivindicar una mejora en la calidad y cantidad del agua a su paso por la ciudad. La poesía también tuvo un hueco en una jornada en la que el principal objetivo, además de devolver la sonrisa al Tajo, era concienciar a los talaveranos sobre la situación que está sufriendo el río. Un tema muy actual hoy en día después de que en el último mes el Gobierno central haya aprobado dos trasvases, uno de 20 hectómetros cúbicos y otro de 15 para Murcia y Valencia que siguen mermando a Talavera.