La estructura luce ahora esplendorosa ante el necesario 'lavado de cara' tras décadas de suciedad desde que se ubicara en el altar, en 1984, y lo ha hecho gracias a las aportaciones económicas de los feligreses y de la parroquia.El retablo, del siglo XVI, renacentista realizado en madera y recubierto de oro y pintura policromada, había perdido el dorado y presentaba diferentes daños. La restauración, avalada por la delegación de Patrimonio del Arzobispado de Toledo, se ha llevado a cabo por Javier Ruilópez y María Isabel Ballesteros, y el pintor Miguel González. Según explica el párroco de Patrocinio, Jesús Ruiz, también se ha cambiado la instalación eléctrica y la decoración del retablo, que ha cambiado sus antiguas esculturas, demasiado pequeñas para el espacio de las hornacinas, por cuatro cuadros sobre los patrocinios de San José, además de la imagen central del santo.También el sagrario es 'nuevo', al restaurarse uno que encontraron del siglo XIX en el almacén de la iglesia.