«Lo primero que me llamó la atención es su capacidad para poner a trabajar a los demás en sus sueños». De esta forma destaca el poeta Javier Salvago, ganador del Premio de la Crítica de poesía castellana, el Premio Rey Juan Carlos I o el Luis Cernuda, su primera toma de contacto con Pedro Tabernero, el autor de la obra ‘Tras la imagen/2’, que ayer fue presentada en la sala de conferencias de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

‘Tras la imagen/2’ recoge el trabajo como director gráfico y editor de Pedro Tabernero a través de las imágenes de las publicaciones en los últimos quince años. Es un volumen contiene la labor gráfica realizada con 70 autores de 11 países en un libro que contiene más de 2.000 imágenes en sus 600 páginas.

Es una muestra amplia, pero no exhaustiva, de autores que han trabajado los últimos quince años en la génesis de obras dirigidas o producidas por Pedro Tabernero. Se trata de un profundo trabajo de documentación y recopilación de materiales que han tenido un especial significado para la historia de la ilustración y el diseño. Pinturas y dibujos que en una sociedad de prisas han mantenido el placer del trabajo manual, de la meticulosidad y paciencia en la búsqueda de una renovada identidad gráfica. Esta selección muestra un profundo convencimiento a favor de la imagen como eficaz medio de comunicación.

Un laboratorio de 15 años de imágenesCon este trabajo, su autor, ha querido «rendir un justo homenaje y reconocimiento a todos los profesionales ausentes y presentes que han contribuido con su esfuerzo impulsando estas áreas de las Artes Plásticas».

La obra se complementa con textos del ya citado Javier Salvago y el escritor José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes y Nacional de Poesía, que destaca de Pedro Tabernero que se trata de una «persona sigilosa y apacible, de voz abacial y sonrisa de caballero de otro siglo. Cuando te pide algo –una colaboración, una idea, un texto adicional- lo hace como si realmente te estuviese favoreciendo con la deferencia  de haberte elegido a ti y no a ningún otro para ese cometido.  A medida que te expone su solicitud te va mermando la posibilidad de una evasiva. Y cuando termina sus explicaciones ya estás a punto de agradecerle que haya pensado en ti.»