Así era la puerta del Sol entre 1845 y 1855

C.M.
-

María de los Santos García y David Blasco presentaron en el VIII Encuentro Historia de la Fotografía un daguerrotipo inédito adquirido hace apenas un mes a un matrimonio de Pamplona

La directora  del Centro de Estudios de Castilla-La Mancha -organizador del VIII Encuentro de Historia de la Fotografía- anunció el jueves una «sorpresa» propicia para la cita ayer clausurada en Toledo. Nada menos que la presentación de un nuevo daguerrotipo inédito de la ciudad analizado por la profesora  María de los Santos García Felguera que ya en el anterior encuentro hizo público un daguerrotipo de Toledo en el que se podía apreciar la cara sur de la ciudad tomada entre 1847 y 1854. Es el «primer daguerrotipo escénico de Toledo que se conoce hasta la fecha» -llegó del País Vasco- por tratarse de «una vista de las pocas que hay en España, que no llegan a 30».

Pues bien, quizá la «casualidad o la suerte» se conjugaron para que hace apenas un mes recibiera la llamada de un coleccionista de Monistrol de Montserrat, David Blasco, que acababa de adquirir -vía internet- un daguerrotipo (en está ocasión venido de Pamplona) en el que se aprecia la vista de la Puerta del Sol que, contemplado en detalle, «permite distinguir no sólo la silueta de la puerta sino también la puerta inferior y, sobre todo, la calle y las casas de la zona de la derecha».

En este punto, apreció la profesora de arte y fotografía en la Universidad Pompeu Fabra que gracias a las fotografías -dotadas de mayor contraste- realizadas por el fotógrafo Pep Parer, «incluso se distingue un edificio de tres pisos con su balcón, las ventanas y una puerta de madera típica manchega de corrales que llega hasta el tejadillo».

Sobre la fecha de creación del daguerrotipo, y ya que «presenta dobleces en un lado, algunas ralladuras y está sulfurado porque en algún momento no ha estado bien encapsulado, ha entrado aire y ha perdido detalles», María de los Santos García apuntó «la dificultad de fechado» a pesar de que posee una inscripción detrás que lo fija «entre 1841 y 1845», periodo, aclaró, « bastante convencional».

la «pista de las ventanas». En este punto, explicó la profesora de la Pompeu Fabra que si bien el año 41 «quizá es demasiado pronto porque la imagen no está invertida» -en los primeros estaba invertida de arriba a abajo y también de izquierda a derecha, y fue a partir de 1845 cuando dejaron de invertirse a nivel popular-, la especialista consideró que lo razonable es pensar que la imagen se tomó «entre 1845 y 1855 más o menos». Cuentan, además, con una «pista» que viene a confirmar este periodo y que está relacionada con que se observan dos ventanas en la parte de arriba a la derecha de la Puerta del Sol «estando una de ellas y la otra cerrada».

Esta situación ha sido comparada con fotografías contemporáneas de los muchos fotógrafos que pasaron por Toledo en los que claramente «una de las ventanas está abierta y otra cerrada». Por lo tanto, y ya que se sabe que no fue hasta 1866 -debido a unas obras realizadas en la Puerta-  cuando se abrieron las dos ventanas, lógicamente «el daguerrotipo es anterior al año 66».

En cuanto a la autoría de la imagen, María de los Santos García evidenció la complejidad de saberlo aunque citó a «unos profesores fotográficos que, en 1846, sabemos que estaban trabajando en Toledo realizando retratos». Dato que se completa con la confirmación de que en 1849, también en la ciudad,  «hubo un fotógrafo suizo que se llamaba Smith, y que en el periódico de la época escribían Smily, que además de hacer fotografías y retratos enseñaba y vendía cámaras», lo que propicia pensar «que alguien en Toledo aprendió, compró una cámara y tomó una imagen» que, quizá, «se llevó a Pamplona».

Preguntada, esta experta, por las similitudes existentes entre daguerrotipo y el presentado hace dos años, fue explícita al afirmar que no se atrevería a decir que son de la misma persona a pesar de que, como era de esperar, «tienen elementos en común». Uno de ellos es el tamaño (12,2 x 16,2  centímetros), pero «era un formato habitual en daguerrotipos escénicos», y sobre las tres marcas de plata conservadas (una era la cantidad de plata, otra una especie de trébol, y otra una ‘garantie’), «la primera es igual, era lo normal, y las otras dos son distintas».

En cuanto a los textos conservados en el reverso de ambos daguerrotipos -espacio habitual en el que informar sobre la ciudad o monumento fotografiado- María de los Santos aseguró que no es la misma letra ya que en esta imagen hay «dos caligrafías diferentes y en el de la vista de Toledo había tres», por que «sería mucho suponer» que el autor fuera el mismo.