Yolanda se acercó con su madre a la inauguración del remonte el pasado 9 de septiembre, pero a ella el estreno no le sentó tan bien porque comprobó de primera mano, en su silla eléctrica, que las aceras no se han rebajado y en algunas le cuesta bastante que la silla avance.

«No piensan que por aquí tiene que pasar mi hija y más personas en sillas de ruedas», se quejó la madre durante la inauguración. Y aunque es cierto que el acerado en algunas zonas está más rebajado que en otras, entiende que debería estar totalmente adaptado para que las personas con movilidad reducidad puedan acceder al Casco Histórico a través de este nuevo remonte mecánico.

La madre de Yolanda quiere que su hija pueda ir por la calle con su silla de ruedas sin ningún peligro y, en este caso, ha estudiado bien los accesos al remonte porque viven muy cerca de la infraestructura. Por tanto, ambas consideran que las administraciones deberían tener más en cuenta la accesibilidad y eliminar lo antes posible la barrera del acerado.

la calle. Pero si el acceso al remonte exige que Yolanda se lo tome con paciencia y la vigile su madre de cerca por si la silla se atasca, la acera de esa misma calle que da al remonte también se convierte en un buen problema tanto por el bordillo como por la  pendiente que mantiene la acera, que corresponde al Ayuntamiento, que imposibilita que Yolanda pase por ahí y le obliga a tener que buscar una alternativa para evitar una caída.