En el curso político que ahora empieza, uno de los debates más enconados que se espera es el originado por la propuesta del Partido Popular de garantizar que el cabeza de la lista más votada en unas elecciones municipales sea promovido a la Alcaldía aunque sus votos no le garanticen la mayoría absoluta del Pleno de su Ayuntamiento. La iniciativa, aún por perfilar y que ha concitado el rechazo unánime de los partidos de izquierda, puede tener una indudable repercusión si sale adelante en los Consistorios que se elijan en los comicios del próximo mes de mayo. Pero no llega avalada precisamente por la impresión de que, en los últimos tiempos, muchos regidores se hayan visto amenazados por sus concejales al defender su puesto, Más bien es al contrario al menos en el caso de la provincia de Toledo, toda vez que la actual legislatura municipal llega a su recta final sin que se haya producido ninguna moción de censura. En el mandato anterior, se produjeron una decena de ceses de alcaldes, muchos de ellos polémicos.
Hay que recordar que la gran mayoría de estas censuras fueron favorecidas por la existencia de concejales tránsfugas, ediles que se apartaban de la disciplina de sus partidos para favorecer la entrega del bastón de mando a antiguos adversarios. Esta situación se produjo en el mandato 2007-2001 en ocho poblaciones. El PP resultó beneficiado en Quismondo (una concejal de IU fue expulsada de su partido tras dar a los ‘populares’ la Alcaldía), Yeles (un edil independiente apoyo el retorno del PP a la Alcaldía desobedeciendo a la dirección de su partido). Espinoso del Rey (con tres concejales socialistas apoyando a un edil del PP) y Santa Ana de Pusa (aunque aquí, los ‘populares’ tuvieron que elegir a un tránsfuga socialista como alcalde para derribar al PSOE).
Concejales socialistas devolvieron la jugada en Chozas de Canales y Ugena, logrando la Alcaldía con ediles huidos del PP. En el caso de Chozas, hay que reseñar que si bien el PSOE expulsó a sus ediles en el momento de la censura, los readmitió como candidatos a los comicios de 2011.
Queda el caso de Pelahustán, donde un enfrentamiento entre el alcalde del PP y sus concejales llevó a estos últimos a dar el bastón de mando a un corporativo de UCIT (partido ahora integrado en Ciudadanos).
El PP también denunció transfuguismo en la censura que le costó la Alcaldía en Cobisa, aunque aquí la concejal que dio la Alcaldía al PSOE era una edil de un tercer partido. Ediles independientes también apoyaron al PSOE para desalojar a alcaldes del PP en Cuerva y Casarrubios del Monte.
Éxito de una reforma pactada.
Entre la pasada legislatura y la actual, ha marcado la diferencia una reforma de la Ley Electoral pactada en 2011 entre PSOE, PP y CiU, que anulaba el voto de un edil en una moción de censura si actúa contra las directrices de su partido.
El efecto de esta reforma se sintió en Numancia de la Sagra, donde varias fuerzas de oposición se unieron para deponer al alcalde del PP, que sólo contaba con cuatro de los 11 concejales del Pleno. La decisión de IU de expulsar a sus dos concejales hizo que el secretario municipal presentara un informe recordando la nueva norma, con lo que la moción quedó desactivada.
De hecho, en esta legislatura ha habido también un alcalde que se ha logrado jugar con éxito su puesto con una cuestión de confianza. Se trata del de La Puebla de Almoradiel (PP) que retó a PSOE e IU a que le presentaran una moción de censura si no querían ver aprobada su propuesta de presupuestos. La desunión de las dos fuerzas de izquierdas hizo que este regidor ganara el envite.
Las enemistades locales de IU y PSOE también han favorecido a gobiernos minoritarios del PP en poblaciones como Illescas y Esquivias.