En 1607 el Greco recibe el encargo de decorar la pequeña capilla fundada por doña Isabel de Oballe en la iglesia de San Vicente Mártir, actual Círculo de Arte. El encargo se materializó, como recoge el catálogo de la exposición entorno al Greco y esta capilla publicado por el Museo del Prado en 2004, debido al fallecimiento del artista genovés al que se encomendó la obra, Alessandro Semini.

El Greco concibió para este espacio un conjunto de cuatro obras que ahora, cuatro siglos después, podrá contemplarse en el Museo Santa Cruz. La muestra ‘El Griego de Toledo’, como avanzaba ayer a La Tribuna la coordinadora de la exposición, Casilda Ybarra, contempla la recreación de la Capilla Oballe, incluso, con las mismas dimensiones de la original.

Así, el visitante podrá contemplar en su concepción original los cuadros de San Ildefonso y San Pedro -ambos en el Monasterio del Escorial-, que flanqueaban el retablo con la reconocida ‘La Inmaculada’ hoy propiedad de la parroquia de San Nicolás de Bari y depositada desde 1965 en el Santa Cruz. El conjunto lo cierra ‘La visitación’ conservada en el Dumbarton Oaks, Washington D.C., aunque existe una versión en una colección privada de Toledo.

Casilda Ybarra y Rafael Alonso, esta semana, en la recepción de 'La Magdalena' de Budapest. - Foto: Yolanda Lancha

«Hemos llevado a cabo una capilla simulada respetando las mismas medidas que en su día tuvo la Capilla Oballe, se ha hecho una reproducción, una instalación de la Capilla Oballe como fue en su día», comentaba Ybarra, para explicar que este espacio estará en la salas dedicadas a la producción retablística del cretense una vez asentado en la ciudad imperial.

‘La Gloria de Felipe II’ de la National Gallery de Londres será otra de las obras estrella y el punto y final de la misma por deseo expreso del comisario, Fernando Marías. «La exposición concluye con una puesta en valor del Greco como pintor de lo visible y lo invisible, con una visión de cómo insiste el pintor en lo visible en cuanto a lo terrenal y luego ese cambio iconográfico e idealización de lo celestial en lo invisible», indicaba Ybarra para subrayar que ‘La Gloria de Felipe II’ es un cuadro «que el comisario ha querido considerar notablemente».

La exposición se convierte así en una panorámica cronológica por la producción del cretense. «Tenemos una primera parte en la que recorreremos el proceso de formación del artista tanto en su época en Grecia, como ya en Venecia y Roma», avanzaba la coordinadora de la gran apuesta de la Fundación Greco 2014 para añadir que tras estas primeras pinceladas la muestra continuará por la evolución del artista a través de sus retratos y los primeros temas iconográficos, hasta su llegada a Toledo donde el discurso se establece en torno a los cuadros devocionales.

En cuanto al catálogo de la exposición, Ybarra consideró que será una publicación con vigencia más allá de la muestra y en la que se recoge la obra más emblemática del cretense, no sólo la del Santa Cruz. «Queremos que se convierta en una publicación de referencia», dijo.