Fedeto lleva 22 ediciones premiando a empresarios de la tierra, pero el secretario general de la organización empresarial, Manuel Madruga, se sigue sorprendiendo con sus historias. Este año, por ejemplo, menciona el caso del empresario del año, que no era el de mayor facturación, pero del que destaca «la lucha de este hombre en soledad, trabajando con además muchos problemas, de llegar incluso a hundirse la empresa en determinados momentos y ver cómo ha conseguido no solo superarlo, sino consolidar». También le ha sorprendido por ir mucho más allá «de lo que se podría esperar» a los premiados en Medio Ambiente y Prevención Laboral.

Cada premiado representa una historia distinta. Pero la foto de familia ¿da una idea de la radiografía del empresariado toledano?

Dan una radiografía del empresario de la provincia, del de la región y yo diría que del resto de España. Son empresarios de distintos tamaños, distintas facturaciones, unas exportan más, otras no exportan, unas se dedican con mayor intensidad al sistema de calidad, otras son empresas de carácter más familiar, otras son empresas individuales...

En una reunión previa, el empresario del año dijo que se sorprendía viendo con quién había competido y acababa diciendo ¿yo soy merecedor? Pues claro que lo que eres. Esto no es una institución de grandes. La provincia no es una institución de grandes empresas, es una institución de muy pequeñas empresas, de algunas medianas y de muy pocas grandes. Todos tienen cabida, todos están reflejadas.

Se cumplen diez años de la caída de Lehman Brothers. ¿Qué sectores han quedado más dañados por la crisis y cuáles han mostrado su fortaleza?

La crisis empezó realmente a finales de 2007, se materializó en el 2008 y tuvo el bombazo entre ese año y 2009 y acabó en 2012. El problema es que no nos hemos dado cuenta que la crisis lo que ha hecho es dejarnos en un escenario que es este. Antes de la crisis éramos una cosa y ahora somos otra, con esas debilidades y la situación económica que nos dejó. Es cierto que en este último año y el anterior se ha empezado a notar determinado crecimiento fundamentalmente porque tenemos un sector, que es el agroalimentario, que con carácter general ha visto una salida en la exportación.

Pero en esta provincia tenemos que lamentar que no todos los sectores han salido de la crisis o no todos han afrontado todavía la situación que nos dejó la crisis. Los que están más apegados a la demanda directa, como es el comercio, la hostelería o el sector servicios todavía siguen padeciendo y mucho. Hay empresarios que llevan tres o cuatro años subsistiendo, prácticamente sin beneficios. Además no todos los territorios han evolucionado de la misma forma. La zona del centro o Illescas están creciendo, pero Talavera está pasándolo muy mal y la zona de La Mancha también está muy debilitada.

¿Qué se puede hacer cuando se sale de la crisis a distintas velocidades?

Cuando los gobiernos legislan suelen pensar que en todos los sitios y sectores están evolucionando de la misma manera. Es erróneo lo que está pasando con el tema de las gasolineras, que ahora se nos ha ocurrido imponer que tengan enchufes y eso va a implicar una inversión multimillonaria. ¿Está el mercado preparado? Aquí siempre queremos ser los primeros.

O nos hemos metido en la subida del salario mínimo inteprofesional de una forma absolutamente desproporcionada cuando hay territorios y sectores que todavía lo están pasando muy mal. Está muy bien que se suba para las personas que tienen una situación de debilidad social, pero luego se arrastra a los convenios colectivos donde se interpreta que los salarios marcados tienen que subir en la misma proporción. Y entonces tenemos los follones en la negociación colectiva.

Otro ejemplo sería el de la Seguridad Social que ahora se quiere subir a los autónomos, que ya es confiscatorio desde nuestro punto de vista. Pero es que el autónomo que tiene trabajadores ya está cotizando un 32% de sus salarios. Tienes un sistema de la Seguridad Social que no mantienes porque aún no tienes el suficiente número de trabajadores y de empresas cotizando, pero lo que haces es ir por la vía de incrementar los impuestos y, para no dañar a toda la ciudadanía en general, te vas siempre a por el mismo, que es el empresario. Y el empresario es una ubre que ya no da más.

Esto es un despropósito de no pararse a pensar. Si voy legislando en solitario, si lo único que pretendo es lanzar mensajes que luego se cumplirán o no, lo único que se está creando es sensación de incertidumbre. Y la sensación de incertidumbre es lo que peor que se puede hacer porque paras de invertir, dejas de crecer en expecatativa de lo que vaya a pasar. Recuerdo cuando no hubo gobierno durante tantos meses y no pasó absolutamente nada. Las empresas estaban tranquilas porque sabían que no se iba a gobernar a golpe de real decreto o que no iba a haber normas improvisadas y la economía funcionó sin ningún problema.

La consejera de Economía dice que las empresas sobre todo le piden agilidad en los trámites y que ya en muy segundo plano apoyo a la financiación o ayudas.... ¿coincide?

Lo que en definitiva está diciendo la consejera de esa manera es lo que llevamos diciendo desde hace mucho tiempo con una frase muy simple: que nos dejen trabajar. No se puede permitir que tengan que perder tiempo, recursos y más esfuerzos de los necesarios en su relación con las administraciones y que tengan que tener prácticamente una persona dedicada a hacer fotocopias que te tienen que compulsar.

Es cierto que las empresas piden cada vez menos ayudas públicas. Eso es sano y positivo. Pero también es cierto que hay sectores muy debilitados como el comercio que necesitan realmente ayudas porque si no, corremos el riesgo que desaparezca. Si nos metemos en un mercado digital, el dependiente desaparece y vamos al repartidor. Esta evolución se está produciendo en estos momentos y creo que no se está sabiendo ver, no se están poniendo puertas al campo. No digo que haya que ponerlas con carácter estricto, pero hay que vigilar muy bien los sectores, porque si no la economía en un momento determinado se puede tambalear.

Todo el lío de las hipotecas ¿puede afectar a los empresarios a la hora de pedir financiación?

Desde mi punto de vista, el Supremo ha dado una sensación rara para llegar a una conclusión que era la lógica. Nos guste o no, la ley que regula el impuesto dice que quien tiene que pagarlo es el que recibe el préstamo. El Gobierno ya terminó de envolver la incoherencia sacando un decreto diciendo que ahora lo pagan los bancos. Todavía no estoy en disposición de saber si eso va a afectar al usuario de la hipoteca, y el empresario lo es, o si afectará a otros servicios bancarios. Creo, no obstante, que la banca tiende a ser bastante seria.

Ahora que la situación de financiación está más estable, esperemos que no se encarezca. Pero no va a ser lo de las hipotecas lo que haga que se encarezca, sino porque en el horizonte que tenemos hay una expectativa de que, ante un decrecimiento de la economía, y lo estamos viendo ya otra vez, puedan subir los tipos de interés porque el Banco Central Europeo lo haga. Eso tarde o temprano va a pasar.