Vuelve la temporada de espumas al Tajo

L.G.E.
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El presidente de la Plataforma en Defensa del Tajo en Toledo advierte de que no hay que estar vacunados ante esta imagen, por mucho que se repita. Explica que salen cuando empieza el frío y por culpa de la contaminación de fosfatos

Las riberas del Tajo están preciosas en estas fechas. Las orillas se han vuelto a cubrir de hierba verde y las copas de los árboles están amarilleando. Solo hay algo que falla en la estampa y es el agua del río, que baja turbia y con espuma. Para que esa imagen deje de repetirse año tras año ayer se repitió desde el Mirador de la Cava la concentración que mes tras mes convoca la Plataforma en Defensa del Tajo en Toledo.

Su presidente, Alejandro Cano, explica a La Tribuna que ahora empieza la temporada de espumas, en cuanto bajan las temperaturas. «Hay gente que nos mandan fotos de las últimas semanas, con espumas que van creciendo», avisa. Cano explica que esas espumas surgen con las temperaturas más bajas por reacción de los derivados de fosfatos que contaminan el río. En verano no aparecen, pero no porque no haya, sino porque cuando hace calor se materializan en lo que compara con «papilla» flotante.

«Que haya una explicación no significa que sea normal», apunta, «no es normal que el río esté lleno de espumas, esté contaminado». Señala que los toledanos no deberían estar vacunados ante esta imagen y que lo suyo sería que reaccionaran siempre que vean espumas. «Y cuando no las veamos también, porque ahí está la porquería», recalcó. De hecho, aunque no se vean espumas, recalcó que la contaminación también se nota por el olfato, con el olor «a detergente, a agua de lavadora».

La protesta sirvió asimismo para hacer balante de la situación política en torno al trasvase. Cano reconoció que hay «una de cal y otra de arena» y que desde la Plataforma «no se casan con nadie» y subrayan lo bueno y lo malo. En lo bueno, reconoce que está habiendo ciertos movimientos parlamentarios para cambiar la concienciación del uso del agua en España. Aunque todavía no ve que se concrete mucho en el Tajo, cree que se apunta a un cambio de modelo que beneficiaría al río.

En la parte mala, considera que el Ministerio de Transición Ecológica está «blando» y que puede hacer algo más que limitarse a decir que cumple con el memorándum del Tajo-Segura. Aunque asume que no se puede cambiar una ley de la noche a la mañana, sugiere que por decreto se modifiquen las reglas de explotación del acueducto, siguiendo otros criterios.

Cano también alerto sobre la «información, desinformación y contrainformación» que se está dando en Murcia sobre un hipotético cierre del trasvase. «Ojalá fuera así, pero nada más lejos de la realidad», lamentó. Advierte que estas informaciones se sacan de manera intencionada para que en el Levante la población se movilice en masa para defender el trasvase.

A todo esto, en lo que va de mes todavía no se ha aprobado una derivación de agua del Tajo al Segura, aunque tiempo queda. Los embalses de la cabecera del río, Entrepeñas y Buendía, que es de donde sale el trasvase, han ganado 1,72 hectómetros cúbicos en la última semana. Almacenan un total 589,09 lo que supone el 23,81% de su capacidad, que asciende a 2.474 hectómetros.