Ciencia a la carta logra el apoyo financiero de Soliss

C.M
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Este acuerdo respalda -con 5.000 euros ampliables- la labor desarrollada de forma desinteresada por un equipo de 40 científicos que, ahora, llevarán su conocimiento a más lugares y colectivos

La carta de presentación de este grupo deja bien claro que Ciencia a la Carta es una apuesta colectiva por el fomento de la cultura científica, una iniciativa sin ánimo de lucro surgida del interés por la divulgación de un grupo de científicos vinculados a universidades y otros organismos de investigación. Su dinámica de actuación consiste en ofrecer un amplio catálogo de conferencias y talleres que ellos se encargan de llevar allí donde se demande.

Y ya que apuestan por devolver a la ciencia a su lugar -como parte de la cultura- y saben que entender la ciencia es comprender el entorno, los artífices de esta iniciativa ofrecen ciencia divertida, accesible y asequible, para todos los públicos y en todos los lugares. Conceptos, todos ellos, que «encajan a la perfección en el ideario de una empresa -Soliss- que trabaja por ser útil a la sociedad en muchos ámbitos» de acción.

De ahí que fuera Eduardo Sánchez Butragueño el encargado de rubricar este acuerdo en el que se recoge una ayuda de «alrededor de 5.000 euros para el próximo curso», un mínimo económico que «puede ser ampliable» y que, además, «no escatimará en recursos para asuntos relacionados con material promocional, adquisición de productos o gastos de otro tipo».

En este sentido, el director de la Fundación Soliss destacó la «suerte de poder ofrecer una divulgación adaptada por científicos de tanta valía» que, en el curso pasado, realizaron más de 40 actividades gratuitas y abiertas que, por cierto, contaron «con una gran acogida» por parte del respetable. Porque si de algo puede presumir este colectivo de profesionales que se implica en esta tarea comunicativa sin cobrar y, sobre todo, teniendo que asumir gastos, es de la respuesta recibida en sus divertidas y apetecibles charlas. Tan sólo citar el éxito de sus propuestas infantiles o el aforo logrados en  el Pint of Science 2018 o la atracción de su ciclo de ‘Maridajes’ en la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

Este poder de convocatoria, sustentado en el buen hacer de estos científicos divulgadores, ha posibilitado el establecimiento de esta colaboración que, tal y como indicó Arantxa Castaño, los va a permitir «crecer, expandirnos y llegar a lugares donde antes no podíamos llegar». Pero, sobre todo, lo que este acuerdo va a posibilitar será la ampliación de esta acción a «los colectivos con necesidades especiales». De hecho, la coordinadora de Ciencia a la Carta apreció que este convenio permite financiar la presencia de una intérprete de lengua de signos en todas las actividades programadas.

Porque la ciencia debe ser inclusiva y la experiencia de esta equipo ya es grado porque gracias al Vicerrectorado de Estudiantes y Responsabilidad Social de la UCLM que -a través del Servicio de Apoyo al Estudiantes con Discapacidad- tuvo a bien sufragar los gastos de la intérprete de lengua de signos, Ana María Manzano ha estado signando los encuentros periódicos mantenidos en la Biblioteca.

 

Los patios de Toledo se convierten en espacios imprescindibles para la alquimia y los artilugios

Tras unos días de descanso -merecido-, las propuestas inician camino el próximo 6 de septiembre con una conferencia sobre ‘Sexo animal’ que probablemente tenga lugar en la terraza de Recaredo. Gabriel Rodríguez, doctor en Física y profesor en la UCLM, y miembro destacado de este selecto grupo, anunció algunas de las actividades ya planificadas y marcadas en su calendario científico y divulgador.

Así, y continuando en la oferta de eventos atractivos y sugerentes, el 17 de septiembre se abrirán ‘Los patios del alquimista’ durante cinco días -de lunes a viernes- ofertando experimentos muy visuales contextualizados en el mundo de la alquimia y los artilugios.

Asuntos que sólo podrían desarrollarse en los patios de la ciudad y en torno a la ciencia primigenia que, por supuesto, también presta atención a los más pequeños con la puesta en marcha, el 21 de septiembre, de ‘Alquimia Kids’ en el patio de San Clemente. Esta actividad cuenta con la colaboración de Soliss, de la Diputación y, claro está, de la Asociación de los Patios de Toledo.

Y de ahí, a las citas -ya tradicionales- con los ‘Maridajes’, a la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia el 11 de febrero, al Pint of Science y, claro está, a las peticiones a la carta.

Esto sin olvidar que Ciencia a la carta no ceja en su empeño de rescatar a las muchas mujeres científicas que en el mundo han sido y que, sin embargo, han sido relegadas, silenciadas y olvidadas. En este punto, quiso Arantxa Castaño avanzar una propuesta «especial» planteada en el marco del 8M para «potenciar el papel de las mujeres» y su peso científico dentro de un colectivo ligado, como tantos otros, tradicionalmente a nombres masculinos. 

 

Arantxa Castaño: «Tener cultura científica abarata la vida»

La química está en todas las partes -diría la doctora en Química y profesora en la UCLM María José Ruiz García- y es necesaria para la comprensión del entorno. Arantxa Castaño y Gabriel Rodríguez destacaron la importancia de divulgar y dar a conocer desde todos los medios posibles un ámbito de trabajo que repercute directamente en el bienestar de la sociedad y que, por ello, debe ser valorado.

Esta concienciación sólo se logra, y está más que probado, a través de un conocimiento accesible y sencillo de lo que realmente aporta la investigación y la ciencia a la vida diaria de quienes deben exigir este compromiso al ámbito político. En este punto, señaló Rodríguez la importancia, por ejemplo, de la investigación en salud o, en un aspecto más banal, del desarrollo tecnológico del que todos «nos aprovechamos».

De ahí que los presentes en esta convocatoria coincidieran en evidenciar la necesidad de «concienciar desde abajo, empezando a edades tempranas» y desde una perspectiva «trasversal». Lo que, además de generar vocaciones, ofrece herramientas para entender el mundo y sus posibilidades.

Tomó la palabra, en este punto, Castaño para apuntar que, además, «tener cultura científica abarata la vida» porque es fundamental «conocer el entorno» para moverse con eficacia por él y para saber, por ejemplo, que «la homeopatía es un fraude o que los aparatos de ultrasonido, que cuestan una pasta, no sirven para nada». Detalles que, es obvio, siempre cuentan, enriquecen y benefician.