Una plaga 'seca' centenares de encinas en el entorno de La Bastida

i. g. v. / toledo
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Un trabajador del Hogar Zoe de las Hijas de Caridad, situado en las inmediaciones de la zona, asegura que ha denunciado la situación a la Consejería de Agricultura y a Medio Ambiente

Una plaga ‘seca’ centenares de encinas en el entorno de La Bastida

Uno de los trabajadores del Hogar Zoe de las Hijas de la Caridad lo tiene claro: «si el problema fuera la sequía, habrían muerto antes los almendros o los pinos. Las encinas son árboles centenarios y fuertes y es evidente que están afectados por una enfermedad».  Denuncia que una «plaga» ha secado cientos de encinares en  las inmediaciones de La Bastida, una zona de monte de una gran extensión que «da pena ver ahora mismo, porque hay hectáreas de árboles muertos. Basta con dar una vuelta por aquí para ver la dantesca imagen», comenta.

Explica que lleva observando esta situación desde el otoño pasado y que ha denunciado el caso en reiteradas ocasiones. Sin embargo, lamenta que «nadie» le  haya hecho caso». Su recorrido ha ido de una Consejería a otra y de un mostrador de la administración a otro. Primero planteó el caso a Agricultura, quien le derivó a Medio Ambiente. Desde allí, fue al apartado de Montes y, posteriormente, a Plagas.

Hace poco más de quince días un técnico se comprometió a visitar la zona y analizar la situación. Sin embargo, «aún no hemos tenido noticias», apunta, «y lo peor es que no esperamos tenerlas», concluye.

 

Hongo y escarabajo. El hombre comenta que «no es experto» en el ámbito medioambiental pero «tampoco necesito serlo para darme cuenta de que algo grave ocurre. No es normal que los árboles estén secos en una zona habitualmente húmeda». Por eso, cree que la plaga que afectó a la dehesa extremeña hace unos años puede estar atacando actualmente a esta zona cercana a la ciudad de Toledo.

También, apunta que algo similar ocurrió en la zona de Castilla y León, fundamentalmente en Salamanca y sus alrededores. En este caso, era un pequeño escarabajo el que aniquilaba los encinares salmantinos. Las larvas del cerambyx cerdo -así se llamaba el insecto- convertían el tronco y las ramas de encinas, robles y alcornoques en largas galerías, hasta que el árbol se secaba o se caía a pedazos, «algo parecido» a lo que está ocurriendo en Toledo.

Por eso, este ciudadano pide a las administraciones que estudien detenidamente el caso y tomen las medidas oportunas, «ya que no podemos permitir lo que está ocurriendo con nuestros encinares con la complicidad de los responsables políticos», denuncia.