El paseo García Lorca del Polígono se humaniza

J. Monroy / Toledo
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Más zonas verdes y árboles, en un espacio de losetas prefabricadas que parecen convencer más a los vecinos que el rosa chicle, y se unen a una gran zona infantil y una nueva pérgola

El cambio ha sido radical, no parece el mismo paseo. Una vuelta por la peatonal García Lorca, centro neurálgico del Polígono, basta para percatarse de cierta satisfacción y a la vez cierto enfado por parte de sus usuarios. Porque no es extraño escuhar aquello de «esto es lo que tenían que haber hecho desde el principio».

Porque en ningún momento llegó a cuajar el asfalto rosa chicle, plagado de grietas y charcos, que dejó el ‘Plan E’ en 2009. Fuera porque era demasiado moderno; porque en realidad el resultado final, más caro, no se parecía demasiado al proyecto inicial; o por los muchos defectos de la obra, pero lo cierto es que vecinos y comerciantes han coincidido en unas críticas, que se han acrecentado si cabe con el paso del tiempo, el crecimiento de las grietas y la suciedad.

Nada que ver con el actual proyecto de losas encebradas y onduladas hacia el norte. El Ayuntamiento lo está ejecutando con los fondos del superávit de 2016, con una inversión cercana al millón de euros y espera que esté concluido antes de final de año. Hoy, a falta por lo tanto de que concluya la actuación, y a la espera de que el vandalismo no haga de las suyas, este proyecto sí parece del gusto de la mayoría, aún con algunas críticas por la falta de participación vecinal. El paseo ha ganado en accesibilidad, en zonas verdes, en bancos, amabilidad y humanidad.

Este jueves todavía se estaban instalando los bancos, esta vez de madera y con respaldo; muchos bancos que van a servir a las personas mayores para descansar y a los padres para poder controlar a los pequeños desde la distancia en una zona segura. Porque en el paseo ha espacio para todos, también para las terrazas hosteleras que continuarán siendo protagonistas, a pesar del enorme pasillo central, protagonizado por bancos y arbolado.

Tres espacios en un paseo. No es sólo que un bonito estampado de baldosas haya sustituido al feo rosa chicle, agrietado y sucio ya por diversas razonas. También ha aumentado la accesibilidad, con la eliminación de escalones en la entrada de los locales. Pero la gran novedad es que se acabaron los charcos y la inundación de locales, como anunciara al inicio de la actuación la concejal Noelia de la Cruz, con un perfil de suelo que lleva las aguas hacia las alcantarillas. A todo ello se unen mejoras de última hora en la iluminación, otra demanda histórica también de comerciantes y vecinos.

Además de esta columna vertebral, el paseo cuenta con otros dos grandes espacios abiertos. El primero es el que hay en torno al graderío, herencia renovada del antiguo paseo. Es cierto que se ha reducido un tanto el espacio, como ha criticado la Asociación de Vecinos El Tajo, al tiempo que se ha suprimido una fuente en el suelo que en realidad no llegó a funcionar nunca. También lo es que allí se han creado cuatro parterres vegetales, ya concluidos, con su riego por goteo. Viejos olivos, palmeras y cipreses conviven ya entre otras especias de arbolado. Esta semana algunas magnolias todavía contaban con las etiquetas del vivero.

Y junto a estos parterres, la que puede ser nueva seña de identidad del paseo, el gran pérgola, alineada con los locales del fondo. Las plantas trepadoras que tienen que cubrirla ya están situadas en su lugar, saliendo los parterres. Habrá que esperar a que crezcan correctamente, y no ocurra como las trepadoras también previstas en la anterior actuación.

El otro espacio es la zona infantil, totalmente renovada y ampliada. Durante su instalación, aún con el espacio cerrado y algunos columpios sin colocar, algunos usuarios ya se metían a disfrutar de ella. Hoy el colorido espacio se ha ampliado y cuenta con nuevos columpios y toboganes adaptados, que los niños están utilizando de continuo Las quejas se centran en que los cables del alumbrado de navidad están atados nada menos que a un árbol en el interior de esta zona infantil.

Parece poca cosa, después de los antecedentes de la obra de 2009. En cualquier caso, hay que recordar que la Asociación de Vecinos también se quejó en su momento de la falta de participación en las obras, y criticó que se redujera demasiado espacio en el espacio del graderío, muy utilizado por los vecinos para hacer diversas actividades. También algunos comerciantes y hosteleros criticaron al inicio de que la obra iba lenta y faltaba persona, y encima ha tenido levantadas zonas del paseo durante el verano, cuando más afluencia hay a las terraza.